El 28 de noviembre de este año se cumplirán 40 años de la desaparición física de Honorio Delgado Espinoza. Sin duda alguna el abigarrado programa conmemorativo de tal fausta fecha ya ha sido elaborado por los numerosos hijos espirituales y herederos morales del frondoso legado delgadeano y en cualquier momento nos sorprenderán ellos develando el celosamente guardado secreto. El momento cumbre de los fastos celebratorios, qué duda cabe, será el anuncio de la nueva edición del clásico Curso de Psiquiatría -no reimpresión llana, sino edición nueva, actualizada y aumentada- además de otros actos que más allá de las plaquitas acrílicas o metálicas que se suelen incrustar en las paredes, constituyan verdaderamente tributo y preservación de su memoria viva. Verbigracia, una página web dedicada íntegramente a la obra del maestro arequipeño -las búsquedas en internet con su nombre llevan a páginas muy disímiles y hasta hemos encontrado a un Honorio bastante cambiado aquí-. Otras iniciativas mínimas que no se harán esperar son la biografía de nuestro prohombre, la reedición crítica de sus artículos desperdigados en revistas y diarios, el museo que ya antes se proyectó erigir en la vivienda donde moró.
Hoy queremos recordar nuevamente a Don Honorio (en la sección Images del American Journal of Psychiatry existe una reseña breve del Maestro) en las palabras del preclaro discípulo delgadeano y Director Fundador del Instituto Nacional de Salud Mental, Don Javier Mariátegui; leyendo su fino y elegante retrato del Maestro llegamos a enterarnos que Don Honorio e Hideyo Noguchi llegaron a conocerse alguna vez, sin imaginar que el tiempo uniría sus nombres y sus famas. (El artículo original apareció en Investigación en Salud 2002; IV: 148-154 y contiene algunas erratas).
Acerca de La Vida y Obra de Honorio Delgado
Honorio Delgado Espinoza
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