Haciendo una breve búsqueda bibliográfica el otro día anotamos en Google Académico las palabras "ecología" y "salud mental". Usualmente uno equivocadamente asume que la ecología atañe a los animales salvajes y en peligro de extinción aislados en junglas de distantes latitudes pero obviamente así no es, el ser humano -cuyo número no se halla en peligro de extinción, aunque su "humanidad" sí que lo está- también se encuentra envuelto en una red de complejas interacciones interpersonales, sociales y culturales que impactan mayúsculamente en su salud mental, e ignorarlas sería necio, pues reduciríamos lo "biológico" a lo meramente "físico-químico", es decir, a moléculas de neurotrasmisores y nada más que moléculas de neurotrasmisores...
Ejecutando esa búsqueda hallamos este profícuo artículo de Benedetto Saraceno, destacado psiquiatra italiano que durante varios años fue el responsable del área de salud mental en la Organización Mundial de la Salud, donde examina de manera solvente cuatro palpitantes dilemas en el campo de la salud mental: 1) Cerebro vs. mente; 2) ¿Qué quiere decir bio-psico-social en realidad?; 3) ¿Cómo mantenerse dentro de un paradigma científico sin ser positivistas burros?, y 4) ¿cómo estar en la modernidad?
En el primer dilema, Saraceno anota certeramente: "existe una confusión entre la causa de una enfermedad y su historia natural. De hecho, el papel predominante que desarrolla uno de los factores al causar una enfermedad no implica automáticamente que el mismo factor siga teniendo un papel predominante y similar durante el curso de la enfermedad o en el resultado de ella." Una verdad del tamaño de una catedral pero que en estos tiempos no queremos ver aguardando tal vez la neuroimagen que corrobore y certifique que la estamos viendo.
En otro acápite, Saraceno critica con acuidad que sigamos segregando el aspecto de la enfermedad psiquiátrica del campo de la salud mental, así puntualiza: "Resulta interesante observar que tendemos a mantener estas dos nociones (psiquiatría y salud mental) separadas; la primera referida al modelo biomédico reduccionista y la segunda al holístico psicosocial. Esta separación artificial no permite a la psiquiatría liberarse de las restricciones del modelo exclusivamente médico. Cuando usamos el concepto de psiquiatría nos referimos implícitamente a su correlación con la enfermedad psiquiátrica pero no necesariamente al modelo biomédico. El concepto de salud mental incluye la problemática de la salud y de la enfermedad, su ecología, la utilización y evaluación de las instituciones y de las personas que las usan, el estudio de sus necesidades y de los recursos necesarios, la organización y la programación de los servicios para el cuidado y la prevención de las enfermedades y para la promoción de la salud". (...) "A la luz de esta masa crítica de observaciones, de datos, de hipótesis, sería un error limitarse a «sumar» la dimensión social a las dimensiones psicológica y biológica simplemente para enriquecer una lista de factores causales o de riesgo. La operación conceptual y operativa necesaria es mucho más compleja."
Y en nuestro contexto local, es penoso ver cómo seguimos aislados los psiquiatras por un lado, los psicólogos por otro, los enfermeros por otro... y no existe una sola asociación profesional dedicada plenamente a la salud mental, por encima de corporativistas gremios que más se desvelan ante supuestos intrusismos y no por un efectivo trabajo en pro de la gente necesitada: en realidad, los problemas de la salud mental son tan grandes y tantos que nunca podrá haber intrusismos siendo el campo tan vasto y desatendido...
Y el artículo fue hallado precisamente en la Revista de la Asociación Española de Neuro-Psiquiatría, núcleo humano que a la distancia admiramos y cuya publicación es de primer nivel, sobre todo con el añadido de hallarse publicada en nuestra propia lengua, y usualmente la frecuentamos con gran fruición y provecho.
Y el artículo fue hallado precisamente en la Revista de la Asociación Española de Neuro-Psiquiatría, núcleo humano que a la distancia admiramos y cuya publicación es de primer nivel, sobre todo con el añadido de hallarse publicada en nuestra propia lengua, y usualmente la frecuentamos con gran fruición y provecho.
Lo que atrajo nuestra atención del artículo de Saraceno (se nos excusará la veleidad) es el castizo epíteto: "¿Cómo mantenerse dentro de un paradigma científico sin ser positivistas burros?", porque eso es lo que necesitamos urgentemente, hay que repetirlo, sí, ser científicos pero desaprendiendo el idioma de rebuznos escuetos, prosaicos, sesgados e incultos, que nos ha colonizado en la psiquiatría de hoy tanto, tanto... ¡Pues eso!
_________________________
ENLACES:
- Cuatro dilemas en salud mental, por B. Saraceno, en Revista de la Asociación Española de Neuro-Psiquiatría.
- Entrevista a Benedetto Saraceno en Revista Atopos.
- La ciudadanía como forma de tolerancia, por B. Saraceno, en Exclusión.net
Otras entradas relacionadas en este blog: