domingo, 14 de febrero de 2010

Versiones del amor



"O, I am fortune's fool! "
(¡Oh, soy un tonto afortunado!)

Romeo (acto III)




El nacimiento de Venus, por Boticelli.
1.




DEFINICIÓN DEL AMOR


Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;

no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;

huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor suave,
olvidar el provecho, amar el daño,

creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño,
esto es amor; quien lo probó, lo sabe.




Y vaya que lo supo Don Lope, y sobradamente, pues su vida amorosa fue bastante pródiga y luenga (y muy sobresaltada además, pues inclusive cuando en el otoño de su vida fue ordenado sacerdote no dejó de amar -y no solamente a la madre de Dios-).





2.


Menos lírico, desenfadadamente prosaico, James Joyce estuvo casado con Nora Barnacle, su novia de juventud, hasta el fin de sus días. En las epístolas que le dirigió holla sicalípticos y escatológicos abismos, siempre al lado -o detrás o delante- de su amada. Para muestra un botón:

"20 de diciembre de 1909.
Mi dulce y pícara niña: He recibido tu carta esta noche y he estado intentando imaginarte restregándote el coño en el retrete. ¿Te quedas de pie y recostada contra la pared y haciéndote cosquillas con la mano por debajo de las faldas o te sientas en la taza con las faldas levantadas y la mano dale que te pego por la raja de los pololos? ¿Te pone cachonda ahora cagar? Me pregunto cómo lo harás. ¿Te corres al cagar o primero te tocas y después cagas? Debe ser espantosamente lascivo ver a una chica con las faldas levantadas y restregándose el coño con furia, ver sus lindos pololos blancos bajados por detrás y su culo sobresaliendo y un gordo chorizo marrón a medio salir por el jebe. Dices que te vas a cagar en los pololos, querida, y vas a dejarme follarte después. Primero me gustaría oírte cagarlos, querida, y después follarte. Alguna noche cuando estemos en algún sitio a oscuras y hablando de cosas verdes y sientas que la caca está a punto de salírsete, ponme los brazos en torno al cuello de vergüenza y déjala salir con suavidad. El sonido me volverá loco y cuando te levantes las faldas...
¡Es inútil seguir! ¡Puedes adivinar por qué!"


Entendido está que las cartas son privadas. Pero a la muerte del autor o del destinatario suelen hacerse públicas. Vale leer las ardientes cartas amorosas de Joyce, donde hace gala de desatada coprofilia, y que se hallan más públicas que nunca en internet (en traducción de Felipe Rúa Nova, aunque el texto anterior es traducción de Carlos Manzano).

James & Nora: Nora & James

En la Wikipedia se lee que Carl Jung, el célebre psicoanalista suizo quien atendió a Lucía, la hija de Joyce que padecía esquizofrenia, llegó a considerar luego de leer el Ulysses que James también poseía dicha enfermedad, nada menos. Claro que en el muy, muy difuso concepto de esquizofrenia entonces imperante. ¿Qué habría diagnosticado Jung si hubiese leído las eróticas epístolas del genial escritor irlandés?

3.

A propósito de esquizofrenia, y procurando satisfacer a nuestro segmento de lectores ávido de erudición y del enfoque serio y el artículo sesudo, he aquí dos ensayos alusivos al tema y redactados por sendos eminentes psiquiatras:

- Colina F. Esquizofrenia amorosa. Rev Asoc Esp Neuropsiq 2000; vol. XX, n.º 74: 231-247.

- Dörr-Zegers O. Fenomenología del amor y psicopatología. Salud Mental (México) 2005; 28: 1-9.

Nos abstenemos de comentarlos para no deslucirlos con nuestro escaso entendimiento. (Además, ejem... bueno, primero tendríamos que leerlos).




 
Por supuesto, la ilustración de la presente estancia no podía ser ajena al tema erudito: proviene del inolvidable texto del doctor Alex Comfort, The Joy of Sex (1972), y no representa a una pareja de damas en lésbica actitud: lo que pasa es que en aquella época feliz los caballeros usaban crecida cabellera (además de barba, aunque ésta se halla aquí comprensiblemente mimetizada).

4.


Siendo confesa y conocida nuestra debilidad por el pop más kitsch -¿o es camp?-. ¿Cómo podríamos ser inauténticos en esta ocasión? He aquí un deleitoso y pegajoso himno reciente del amor en la meliflua voz de Tito 'El Bambino':


Y la imagen correspondiente, que es de un autor genial y desconocido:





N.B.: Nos apresuramos a acogernos a esta frase de Rousseau aplicándola a la presente entrada del blog: "Las cartas de amor se comienzan sin saber lo que se va a decir, y se terminan sin saber lo que se ha dicho."



ENLACE:

- Sencillo y logrado post de la colega Fiorella Rusca.

8 comentarios:

Karen M. dijo...

Genial entrada mi querido lizardoo!!!

Yo ya no tengo definición para el amor jaja... creo que no puedo enamorarme, me obsesiono jaja

Besos

K-M-

Anónimo dijo...

Me ha encantado leer tu entrada. Creo que hay tantas "versiones del amor" como personas. No me resisto a dejar un soneto de Quevedo:

AMOR CONSTANTE MÁS ALLÁ DE LA MUERTE

Cerrar podrá mis ojos la postrera
Sombra que me llevare el blanco día,
Y podrá desatar esta alma mía
Hora, a su afán ansioso lisonjera;

Mas no de esotra parte en la ribera
Dejará la memoria, en donde ardía:
Nadar sabe mi llama el agua fría,
Y perder el respeto a ley severa.

Alma, a quien todo un Dios prisión ha sido,
Venas, que humor a tanto fuego han dado,
Médulas, que han gloriosamente ardido,

Su cuerpo dejará, no su cuidado;
Serán ceniza, mas tendrá sentido;
Polvo serán, mas polvo enamorado.

- Francisco de Quevedo y Villegas

Un cariñoso saludo Lizardo.

Lizardo Cruzado dijo...

Gracias, Karen. Feliz día de la amistad.
Saludos.

Lizardo Cruzado dijo...

Totalmente de acuerdo contigo, Susan. El Siglo de Oro es un venero de magistral poesía amorosa y hube de elegir un soneto entre tantos. El de Quevedo tiene hondura y maravilla. Gracias por evocarlo, es una imprescindible versión del amor.
Un cariñoso saludo igualmente.

sin pepas... dijo...

aghhh oye lizardo, está bien que seas escéptico al amor, ese que nos cuentan que viene como en un recetario, pero sólo por eso, ¿tenías que mandarte con esa vaina de las cagadas de joyce? eso estaría mejor en una serie de transtornos sexuales, ¿no te parece?

además, se nota que el hombre tiene pelo largo y que lo que se ve es su barba, la advertencia está demás

no encuentro mi trapo

Lizardo Cruzado dijo...

Qué bueno, sin pepas, que te haya gustado el post. Saludos.

José Manuel Brea dijo...

Querido Lizardo, no voy a entregar una versión del amor, sino una frase sobre su estado de la que desconozco la autoría: "Cuando el amor está recuperando el juicio es que está muriendo". Un amoroso saludo.

Lizardo Cruzado dijo...

Suscribo tan plenamente esa frase que me parece que yo mismo la hubiese acuñado. Un amoroso saludo también, José Manuel.