martes, 28 de julio de 2009

Mentiras de la industria farmacéutica




Recientemente nuestro dilecto amigo y colega Santiago Stucchi ha actualizado una de sus bitácoras con un interesante post intitulado: 'Lo que no dice la propaganda farmacéutica'. El Dr. Stucchi estila esporádicas pero enjundiosas actualizaciones -véase sino su bitácora Psiquiatría Histórica, en la que enriqueció paulatinamente una entrada hasta convertirla en libro-. Ahora él ha decidido abordar el espinoso tema de la industria farmacéutica y algunas de sus malas artes -que también ha de tener algunas buenas- en diversos campos de la medicina y del quehacer social en general.






Stucchi cita el valioso libro cuya carátula mostramos: 'The truth about the drug companies' de autoría de Marcia Angell, quien conoce cercanamente las entrañas del monstruo al haber sido editora jefe de una de las revistas médicas más prestigiosas del mundo: The New England Journal of Medicine. (Hay también una traducción al castellano del libro en mención).

El libro es recomendabilísimo por su abundante información y opiniones críticas y desmitificadoras de esta poderosa industria que está urgida de una profunda reforma. Su cuestionable actuar sigue generando disenso, crítica, polémica y humor negro como el de esta viñeta (y otras tomadas desde aquí):



2 comentarios:

Ivo dijo...

En:www.interney.net/blogs/malla/2009/05/26/industria_farmaceutica_1/ podemos leer, "...a dualidade da indústria farmacêutica, uma das maiores e mais lucrativas do planeta. Dualidade esta que se resume no fato de que ela possui inúmeros defeitos dentro de nosso sistema econômico capitalista, mas sem ela estaríamos definitivamente muito pior em questões de saúde"

¿Realmente estaríamos peor?

Hay segunda parte: www.interney.net/blogs/malla/2009/05/27/industria_farmaceutica_2/

Lizardo Cruzado dijo...

Habría que distinguir entre "big pharma" y el resto de la industria farmacéutica que produce, por ejemplo, genéricos. La fluoxetina de 10 céntimos, verbigracia, que en nuestra experiencia es un antidepresivo muy recomendable sin necesidad de recurrir al Prozac que cuesta 80 o 100 veces más.
Ahora bien, el auge desatado y crematístico de la industria farmacéutica no es de siempre sino fundamentalmente de las dos a tres últimas décadas. Ya mucho antes se encontraron los antibióticos, los anestésicos y otras moléculas importantes sin la participación de la voraz industria.
Una pregunta tremendista como la planteada esconde muchos matices detrás que no se pueden soslayar para la adecuada comprensión del problema.