Recientemente sostuvimos amena pero sesuda plática concerniente a la disquisición entre el ánimo y el afecto como elementos del examen mental en las afamadas "Peñas de los Martes" en la Emergencia del Instituto. Junto a los vehementes médicos residentes que recién han ingresado y con la sápida palabra de los residentes dechados de veteranía, la discusión animóse para puntualizar estos dos términos ligados íntimamente y muchas veces confundidos. Deploróse el desarraigo del término humor, tan evocador de los clásicos humores descritos por la medicina helénica. Y finalmente se acuñó la metáfora del afecto como ventanal entrecerrado o entreabierto y el ánimo como el pathos que allí se asoma -o se escabulle-.
A fin de cuentas, el mismísmo Jaspers admitió: "Todas las formaciones psíquicas no desarrolladas, obscuras, todo lo impalpable, lo que se escapa al análisis, se llama "sentimiento"; en una palabra, todo lo que no se sabe llamar de otro modo."
Sobre ánimo y afecto
Otrosí digo: Ahora que en Lima anochece más temprano y el invernal céfiro acomete e invita a la velada hogareña y al retiro espiritual -que no espirituoso- podríamos hallar una pausa para adentrarnos en el Oxford Textbook of Philosophy and Psychiatry. Provecho. (Descargar)
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