No, no es una huera, hipócrita petulancia de mi parte. De hecho, en ciertos aspectos íntimos de mi vida, la decrepitud impide absolutamente que arañe siquiera semejantes récords olímpicos. Tampoco es la foto tomada de alguna revista obscena de ésas que yo jamás he hojeado. No, la fotografía es una versión moderna de Aglaya, Eufrósine y Talía, es decir las Tres Gracias, míticas encarnaciones de la belleza, el encanto, la creación y la fertilidad, y las traigo a colación para alegorizar las tres guardias diurnas consecutivas que he perpetrado en estos días y me han impedido actualizar el blog. Mis excusas para la multitudinaria legión de seguidores.
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NB: Foto de Ramiro Nogal.
1 comentario:
Realmente agraciadas
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