A la edad en que la mayoría de residentes de psiquiatría solemos remolonear en las "extenuantes" rotaciones que nos son endilgadas, Karl Jaspers (1883-1969) empezó a redactar su monumental Allgemeine Psychopathologie -teniendo entonces 28 años-. La primera edición de su Psicopatología General apareció en 1913 y desde entonces se constituyó -en palabras de Honorio- en "obra destinada a introducir orden, limpieza y crítica en el dominio total del conocimiento psiquiátrico." (1)
No podemos imaginarnos cómo hizo Karl para tal desaforado logro ni cuál fue su secreto -que sepamos, Jaspers no consumía maca ni kiwicha ni magnesol-. Más aún cuando Jaspers -que terminó sus estudios de medicina en Heidelberg en 1908- sólo ejerció la psiquiatría entre 1909 y 1913 pues luego sus intereses derivaron hacia la filosofía y la psicología. Algunas pistas podrían hallarse en el hecho de de que Karl fue un niño enfermizo, un valetudinario broncópata que llegó a desarrollar discapacitantes bronquiectasias por lo que gran parte de su infancia y adolescencia las consagró a hacer cúmulo de inabarcables lecturas. (2) Berríos acota, desmitificadoramente, que muchos de los aspectos supuestamente novedosos en la obra de Jaspers ya habían sido discutidos en la psiquiatría europea del S. XIX y que Jaspers no los citó pertinentemente en su bibliografía, (3) -puntualiza también que la trascendente noción jaspersiana de comprensibilidad fue prestada de Dilthey-. Remarca Berríos que Jaspers no publicó más de una escasa decena de artículos de la especialidad psiquiátrica antes de abandonarla y que el verdadero responsable de las posteriores ediciones -a partir de la tercera- fue el indestructible Kurt Schneider.
Pero Jaspers -que no fue nazi pues se casó con una judía y era de ancestros judíos- pervive hasta hoy y lo hará hasta el futuro como lectura imprescindible en toda formación psiquiátrica seria. Obviamente su Psicopatología General no es un libro para leerse tipo "rollo chino" -desde la primera página a la final- sino para revisarse una vez y otra en momentos distintos a lo largo de la carrera. Así uno descubrirá párrafos estimables como éste en que Jaspers nos describe a los que somos así:
"Los inseguros de sí mismos o sensitivos. Una sensibilidad constantemente acrecentada se apoya en la conciencia reflexiva de la propia insuficiencia. Toda vivencia se convierte en un sacudimiento, porque en el inseguro de sí no tropieza la impresión elevada con una elaboración y configuración natural. Su función no les basta. Su posición entre los demás es para él en todo motivo problemática. El fracaso que existe de hecho o en su reflexión, se convierte en objeto de autoacusación. Busca la culpa en sí mismo y no se perdona nada. La elaboración interna no es represión, sino lucha excitada consigo mismo. Es una vida de vergüenza interna y de derrotas, motivada por vivencias externas y por su interpretación. El afán de reconocimiento de fuera en apoyo del aplastante menosprecio de sí mismo, ve hasta en la frontera de lo deliroide (sin ser nunca delirio) en la conducta de los demás unas ofensas más o menos intencionales a la propia persona, y sufre enormemente por todo menosprecio externo del que busca asimismo un motivo verdadero en sí. La inseguridad de sí conduce a supercompensaciones de la propia inferioridad experimentada. Formas sociales obsesivamente mantenidas, comportamientos aristocráticos, la actitud segura exagerada son las máscaras de la falta interior de libertad. La presentación orgullosa oculta la timidez de hecho. (4)
Aquélla es la carátula de mi querido ejemplar del Jaspers. Desde ya el mismo prefacio a la primera edición, Jaspers advertía: "no hay que aprender psicopatología, sino observar, interrogar, analizar y pensar psicopatológicamente." (4) ¿No es fino, acaso?
Aunque nos acercamos al siglo de la aparición de Allgemeine Psychopathologie, Jaspers debiera ser tan cercano a nosotros como un colega residente con el que compartiéramos amedrentados las primeras rotaciones, las aburridas guardias y las aterradoras presentaciones de casos. A fin de cuentas somos más o menos de la edad, ¿no, Karl? Segurito que hasta a tí "la Tía" te haría roche. Te apuesto...
Referencias
1. Delgado H. El médico, la medicina y el alma. UPCH. Lima, 1992.
2. Millon T. Masters of the mind. Wiley. New Jersey, 2004.
3. Berrios G. The history of mental symptoms. Cambridge University Press. New York, 1996.
4. Jaspers K. Psicopatología general. Traducción de Saubidet RO y Santillán DA. FCE. México, 2001.
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