Lástima que no hubiera uno de mi talla. Me quedaré sin cumplir con esta cábala confiabilísima e infalible para la buena suerte, sobre todo en asuntos referentes a las nobles partes que la prenda cobija. (1) Ante tan magna fecha uno se halla tentado de esbozar promesas, enunciar juramentos, suscribir declaraciones de principios y otros lirismos, pero mejor lo dejamos ahí nomás. Que al menos en esa carencia de buenos deseos, este nuevo año sea diferente. Y a ver cómo nos va este 2009.
Referencia
1. Alvarado F. Comunicación personal, 2008.
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