lunes, 26 de octubre de 2009

Keke de cerebro y arte de papel higiénico


Quisiera hoy ser feliz de buena gana
César Vallejo



Brain-cake, original de Instructables.com


Obra de Yuken Teruya.


Obra de Junior Fritz Jacquet.


Hoy nada de impostados desgarramientos metafísicos ni alarde de scientific papers de último minuto. Nada de sabiduría de Wikipedia u oficiosos postgrados virtuales de Google University. Sólo dos enlaces divertidos y de contenido festivo, disolvente, dionisíaco: Brain-cake, que vimos en Dr. Shock, a propósito del inminente Halloween. Y arte ejecutado con tubos de papel higiénico, hallazgo aportado desde Brain Pickings.

En el Perú y otros países latinoamericanos se denomina keke (o queque) a una especie de bizcochuelo -a partir del vocablo inglés cake-, aunque a veces puede usarse el término también como expresión de replana para ciertas apetecibles y esponjosas prominencias anatómicas. Por otra parte, inolvidable escena aquella en que Hannibal Lecter degustaba circunvoluciones cerebrales de Paul Krendler, la receta del keke puede permitirnos emular semejante impajaritable escena.

¡Provecho!

7 comentarios:

sin pepas... dijo...

¡a comeeeer!

Lizardo Cruzado dijo...

Servido.

Tony Chávez Uceda dijo...

En Sudáfrica tuve el enorme gusto de probar el cerebro de antílope, frito al vino, con unas hierbitas silvestres. Cuando está en su punto, el cerebro no estan grasiento y pastoso como algunos gourmets lo describen.
Buen provecho.

todopsicologia dijo...

Aquí en Canarias tenemos también esos vocablos tan curiosos y para los mismos usos, cosa que en el resto de España no ocurre. Cosas de la emigración.
Un saludo.

Ivo dijo...

Hola Lizardo, puede que sea de tu interés: http://puenteareo1.blogspot.com/2009/10/fue-jung-otro-william-blake.html

Ivo

José Manuel Brea dijo...

Me has hecho recordar el "sorbete de sesos de mono" de una película de Indiana Jones. Un día de estos tengo que publicar un artículo sobre gastronomía imaginativa. De momento nos conformaremos con tu plato. Bon appetit, Lizardo!

Lizardo Cruzado dijo...

Una especie de manicomio gastronómico, ¿no? Gracias por sus comentarios.