Edward Hopper, Night Shadows (1921).
Se me ha narrado cierta anécdota de reciente guardia nocturna. Un paciente fue atendido a las 2 am hace pocos días y el colega médico que ejecutó la atención anotó en la receta: cita de control en 24 horas.
A la madrugada siguiente, exactamente, cronométricamente puntual a las 2 am, el paciente empujó las mamparas de vidrio de la silenciosa sala de espera en la Emergencia: había llegado para su control.
ENLACE:
- Museum Syndicate con algunas de las desoladas pinturas de Edward Hopper (1882-1967).
Nighthawks (1942), la pintura más conocida de Hopper.
8 comentarios:
Eso es lo que se llama un paciente cumplidor... de la orden de un médico novato.
(No paro de reír, Lizardo)
hum... por la forma en que diagramaste el post, da la impresión que el paciente falleció y quien empujó las mamparas de vidrio de la sala de espera era su fantasma. buena anécdota
Se presta a varias lecturas, sin pepas. Pero la versión fidedigna por suerte no abarca fatalidad alguna. A mí, José Manuel, me ha dolido la barriga a punta de carcajadas.
Saludos.
wow, me imagino que el dolor habrá sido inmenso... digo, por el tamaño de la barriga; mejor deja de carcajear, te quiero feliz, pero más te quiero sano y sin dolores
Al que sí no le pareció gracioso fue al colega al que le cupo 'controlar' al paciente... Je, je, je.
Definitivamente la guardia nocturna trae un gran número de anécdotas, sobre todo porque a esa hora nuestra sustancia reticular no está trabajando al 100%.
Claro, pero aquí la escrupulosidad del paciente fue proverbial (¿anancasmo, concretismo?). En general las guardias de psiquiatría son un remanso de tranquilidad comparadas con, por ejemplo, las de medicina interna en el internado, ¿no es cierto, amigo Tony? Un abrazo.
jajaaja, claro mi amigo, en esas guardias de medicina interna, ya no sabes porque el paciente tine la boca abierta, si para verle las amígdalas, o intubarlo.
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