Formalmente, el año venidero se cumplirá un siglo de la introducción por Bleuler del término 'esquizofrenia' pues 1911 fue el año en que el psiquiatra suizo publicó Dementia praecox oder Gruppe der Schizophrenien (Demencia Precoz y el grupo de las esquizofrenias), -aunque los puntillosos remontan el primer uso público de dicho vocablo hasta 1908-.
Portada de la edición príncipe de la obra de Bleuler.
Eugen Bleuler (1857-1939) fue un médico suizo nacido en el seno de una familia de muy discreta economía, poco afecto a los apetitos de la jerarquía, ejerció siempre la docencia y clínica psiquiátrica, primero en Rheinau por una década y luego y hasta su jubilación en el Hospital Burgholzli. La dedicación y cercanía a sus pacientes además de su devoción por la investigación clínica le hicieron prontamente afamado como galeno a la par que admirado como maestro.
Hombre de su tiempo, las influencias de las doctrinas de Pierre Janet (cf. Moskowitz A. Janet's influence on Bleuler’s concept of Schizophrenia [texto]) y sobre todo de Freud (cf. Elstein L. Bleuler: un pionero) pueden rastrearse en su trabajo y en su decisión de acuñar el vocablo 'esquizofrenia'. Ciertamente la creación bleuleriana hoy es reputada como poco afortunada (por aquello de mente escindida o dividida) pero la perspectiva histórica no puede soslayarse. Aunque la especulación es trivial, imagínese cuán estigmatizante y cruel hubiese sido seguir denominando a los pacientes como portadores de 'demencia precoz', que tal era el término kraepeliniano previo, impregnado de la 'teoría de la degeneración' que campeó en Europa durante el siglo XIX como explicación global de las enfermedades psíquicas.
El mismo Bleuler escribió: "Dar a este trastorno el nombre de esquizofrenia fue un incómodo deber (...) pues el actual es demasiado inapropiado (...) a nuestras ideas contemporáneas sobre el alcance de esta entidad patológica. Actualmente incluímos a pacientes a los que no llamaríamos 'dementes' ni tampoco víctimas exclusivamente de un deterioro temprano..." La visión de Bleuler comparada con la de Kraepelin fue más abarcativa y difuminada -lo que a su vez supuso desventajas posteriores- pero también era más optimista y permitió abrir paso a actitudes clínicas menos fatalistas y a la expectativa de intervenciones con qué mejorar el porvenir de los enfermos.. (cf. Colodrón, La condición esquizofrénica).
La historia de la esquizofrenia en lo que va de su siglo estuvo jalonada de distintos sucesos que han sido y serán trajinados y agotados por los respectivos estudiosos. Basta recordar el movimiento de la 'antipsiquiatría' -nombre que, en honor a la verdad, no todos sus actores aceptaron- y que, con todos sus excesos fue una reacción importante. Tal vez la antipsiquiatría no debiera ser contrapuesta como es usual a la revolución psicofarmacológica dado que a la larga ambas han influído en las características de la asistencia actual.
Recientemente, extendidas creencias como el 1% de prevalencia universal de esquizofrenia y la establecida igualdad de afectación entre ambos sexos parecen quedar seriamente cuestionadas. Lo que semejaba una condena divina que afligía igualitariamente a toda la humanidad no sería tal, pero más allá de la constatación anecdótica, este dato epidemiológico también abre vías diferentes de acercamiento a la realidad poblacional de la esquizofrenia. (cf. Messias E, Chen C, Eaton WW. Epidemiology of schizophrenia: Review of findings and myths. McGrath JJ. Variations in the incidence of schizophrenia: Data versus dogma.)
Cobra relieve indiscutible asimismo el propósito de establecer criterios operativos de remisión para la esquizofrenia -sí, remisión- a fin de modificar la uniforme visión anquilosada y pesimista de la enfermedad, en que muchas veces no se puede ofrecer un dato evolutivo mensurable y asoma la malsana frase de 'tomar pastillas para toda la vida' u otras parecidas -con su trasunto de incurabilidad y ominosa desgracia-. Es decir, no enfatizar excluyentemente la restitutio ad integrum sino destacar el positivum evolutivo como lo hiciera en su momento el viejo Bleuler. (cf. Andreasen y cols. Remission in Schizophrenia: Proposed Criteria and Rationale for Consensus [pdf], van Os y cols. Standardized remission criteria in schizophrenia [pdf]).
Ahora que estamos a las puertas de este primer centenario de la esquizofrenia, podemos hacer algo más que atisbar los ritos ceremoniales de rigor. Ciertamente podría parecer una postura sólo romántica y epidérmica pero la fidelidad al legado de Bleuler lo exige además del compromiso con nuestros pacientes. A diferencia de la figura solitaria de Bleuler en su momento, en la génesis y variación del concepto se perfila ahora una multitud de actores donde el papel de los afectados y sus familiares no se circunscribirá a una postura pasiva y resignada. El rol del colectivo social ante el proceso salud-enfermedad se dibuja en una perspectiva distinta de la relación tradicional con los sistemas de salud donde se trastoca la acostumbrada distancia y verticalidad . En las páginas de Critical Psychiatry Network existe un interesante debate al que no podemos ser ajenos: (cf. The case against schizophrenia y sobre todo: Does schizophrenia exist? en que debaten Jim van Os y Peter McKenna). La frase es efectista pero alberga imprescindible esperanza: este debe ser el último centenario de la esquizofrenia.
El viejo Bleuler -aquí joven- luciendo garboso las gafas del aniversario.
______________
Con un saludo cordial a Esther Sanz y César Estévez del blog amigo Saltando Muros.
Otras entradas relacionadas en el blog:
- Aboliendo la esquizofrenia.
- Cuando los japoneses cambiaron el nombre de la esquizofrenia.
- La esquizofrenia de Snezhnevski.
10 comentarios:
Amigo Lizardo, qué "subidón" me ha provocado la lectura de este post. Una visión como la tuya (realista, en positivo, esperanzadora,... que se lo cuestiona todo una y otra vez) y siendo como eres Psiquiatra tiene si cabe aún más valor.
De verdad estamos sumamente honrados con tu amistad blogera.
Definitivamente cobra más fuerza que nunca la sentencia:
"TAN LEJOS, TAN CERCA"
Además vuelves a referenciarnos de forma directa en tu blog... todo un orgullo para nosotros.
César M. Estévez
Ojalá y el próximo centenario esté inundado de una visión mucho más humana y rigurosa de "la esquizofrenia".
Un abrazo.
Esther.
Lizardo,
Comparto la opinión del comentario anterior. Por lo menos debe dejarse de ver a esta enfermedad como la resignación total, de la misma forma con otras como la depresión donde se "debe" vivir con pastillas hasta la muerte. No sé, en palabras de mi antiguo psiquiatra "Las pastillas ampliarán tu perspectiva y te facilitará el hacer tus actividades cotidianas". Esa fue la primera vez que me sentí como autómata o que funcionaba a pilas. No regresé donde a su conslta, claro está.
Creo que lo que mata primero al paciente, es la condena. Y aunque no haya esperanza alguna, por lo menos no debe condenarse la existencia.
PD: (esto tiene que ver con otro tema) Hace poco entrevisté a una psicoterapeuta acerca de los trastornos alimenticios, ella me comentó que estos estaban influenciados por factores genéticos. Si sabes algo de ello me gustaría que lo trataras en algun post. Gracias.
Adoro tus artículos interesantes.
Un abrazo grande.
K-M-
¡Excelente entrada! Bien documentada con magníficas referencias, interesante y amena. Me ha aportado datos y sugerido ideas.
¡Celebremos el primer y último centenario de la esquizofrenia!
Ha sido un privilegio gozar de su lectura, Dr. Cruzado.
Muchas gracias.
La honra es mía, César, mucho admiro la empeñosa labor que realizan y este compartir ideales me gratifica. Un cordial saludo.
Así será, Esther, esfuerzos como el vuestro contribuyen a ello. Un abrazo también.
Hola Karen:
Cuán importante y qué poco esfuerzo -a no ser el de conmover las estructuras mentales de tantos de nosotros- implicaría el no limitarnos a pontificar sobre el pronóstico y el diagnóstico sino ofrecer un rostro más cálido y empático (y no apenas la 'condena', como tantas veces solemos).
Muchas gracias por tu comentario y un afectuoso saludo para ti.
PS. Podría interesarte este artículo sobre la pregunta que me haces:
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2839487/?tool=pubmed
Tan generoso Ud. como siempre, Dr. Doña, en sus apreciaciones. Quedo agradecido por el privilegio de su cordial amistad. Un atento saludo.
Un optimismo desmesurado podría llevarnos a creer en la desaparición de la esquizofrenia en todas sus variantes, incluso a imaginar un sonoro título cinematográfico: “El último esquizofrénico”. Un realismo mundano se conformará con la remisión de una enfermedad incurable. Y un pesimismo princisecular, por efecto de desconciertos y veleidades sociopolíticas, hará temer una demencia global. Por mi parte, me conformo con una moderada y sensata euforia.
Un abrazo, amigo Lizardo, desde el cálido estío galaico, sumándome a los elogios de esta magnífica y reconfortante entrada.
Gracias, amigo José Manuel, por tu sustancioso comentario. Concuerdo con tu mesurada perspectiva en general. Permíteme decir que envidio el estío tuyo, aquí nos estamos 'pelando' de frío. Un afectuoso saludo como siempre.
Publicar un comentario