domingo, 18 de octubre de 2009

Psicosis, onirismo, estrellas







Carátula de Metrópolis N° 16


Estos días han sido pródigos en actividad del blog pero sobre todo por parte de los distinguidos amigos lectores que nos han dispensado sus interesantes comentarios. Ahora, mientras languidece el fin de semana y no se decide a principiar la primavera, queremos compartir el hallazgo de esta hoja de poesía editada en México y llamada Metrópolis.



Un par de poemas nos han sorprendido por su calidad y la fuerza evocativa de contingencias psicopatológicas. No necesariamente los poetas han pretendido tales connotaciones pero al leer sus versos nos sobrecogen ramalazos de psicosis, de fenómenos oníricos, de poesía al fin.


NATURALEZA MUERTA

 Hubo noches
En las que buscaba
Con un cuchillo de cocina
El origen de las voces
Aterrorizada
Con el rostro amoratado
Y revuelto

Hubo noches
En las que hacía barricadas
Para que no me asesinara
Abriéndome lentamente

Hubo noches
En las que me golpearon tanto
Que caí al suelo
Con un diente destrozado
Y la cabeza rota
Como una granada hirviendo

Hubo noches
Sin dinero
Sin cortes profundos

Caminando por la carretera
Con la boca sangrando
Los ojos perdidos

El rostro blanco
Resplandeciente

Entre los reflectores
De los automóviles





Gladys González, Chile, 1981.



UN SUEÑO

 Brama la noche por un valle de gaitas
Florecen circuitos bajo la piel

Tres mujeres
arrullan a un niño sintético
con música que escapó
de labios de un demente

Los maniquíes despiertan,
se quitan las piedras de los ojos
y miran el horizonte,
recuerdan el camino a casa

Ecos de motores cimbran las calles,
y una horda hambrienta disputa
por una luminosa miga de dios.





Hazzel Yen. México, 1987.



Al acercarse el nuevo día, a la diminuta ventana asomados y en un ángulo distante, atisbarse parecen inéditas estrellas.

7 comentarios:

Tony Chávez Uceda dijo...

Claro Lizardo, esa es la escencia de un blog, llamar a la participación, al debate de ideas, siempre alturado, con el debido respeto de todos para todos. Mira, no me he aventurado a comentar otros poemas que has publicado, porque el análisis de un poema supone una tarea que me absorbe demasiado, y me distrae de los múltiples quehaceres que enfrento. Sin embargo puedo hacer un somero comentario del primer poema, debido a que su calidad y belleza sobrepasa enormemente a la producción de otros vates que han desfilado por tu enjundioso blog.

El título es sorprendente, me preparaba yo para uno de esos poemas de bodegones, que los hay de muy buena calidad, pero no para una aventura onírica, que ya revela una mayor seriedad en la poetisa. Desde el primer momento entonces, crea esa deliciosa sorpresa en la mente, cuando esperas una cosa, y derrepente recibes algo mejor.

En la mejor tradición de Lorca, Gladys crea una harmonía bella en el poema, repitiendo la frase "hubo nocches". Este leitmotiv no es tan elaborado, pero en eso se vuelve a anotar un puntazo la artista, porque en una frase cliché, ella fundamenta un motivo bello, que queda resonando, y harmoniza con el resto de la poesía.

Pero el poema tiene un ritmo inusitado, un ritmo violento, casi como un compás doble, como una partitura para la percusión. No sé porque me viene a la mente el gran ballet de Prokofiev "La consagración de la primavera" y su genial uso de la percusión. Casi todos sus versos tienen números pares de sílabas, y el ritmo binario se adapta más a la percusión, ya que tenemos dos prazos para percutir sea los timbales, tambores o bombos. Los versos impares dan un matiz perfecto y están también perfectamente ubicados.

Respecto a la melodía, el poema juega bien con sus metáforas. La metáfora mientras una conceptos más distantes, es más melódica. Gladys Gonzáles teje una trama, cuchillo de cocina - asesinar abriendo - diente roto - boca sangrante, que une las estrofas en un todo, en una escena de violencia y desesperación. La idea une y salta como una traviesa liebre, de estrofa en estrofa, y nos deja imágenes memorables en la mente.

Grande Gladys, no sé si eres chilena, pero si lo eres, eres una digna representante de la patria de Gabriela Mistral.

Lizardo Cruzado dijo...

Tan bueno como el poema es tu exégesis. Me congratulo de que ambos seamos aficionados cultores del gay trinar.

sin pepas... dijo...

en cambio, a mí me gustó el tercer poema ;) grande mi panzón

Lizardo Cruzado dijo...

Cómo que panzón, oiga, más respeto.
(Además ya me compré mi faja).

sin pepas... dijo...

jajajajaja pensaste que ibas a pasar piola, ¿eh? no de mis ojos, que por si acaso no son miopes, ¿ah?

Ismael Lares dijo...

Lizardo, precisamente hace unos meses platicaba con Hazzel Yen acerca de tu obra. Es grato encontrar que no hay coincidencias. Saludos desde México.

Lizardo Cruzado dijo...

Hola Ismael. Gracias por tu visita. Visité también tu blog.
Saludos desde Lima, Perú.