domingo, 13 de junio de 2010

50 años de 'Psycho'




Bates: We all go a little mad sometimes.
(He smiles). Haven't you?

Psycho (guión de J. Stefano).




Nuestro Profesor Dr. Guillermo Ladd, impenitente cinéfilo, nos llamaba recién la atención acerca del inminente aniversario, 'bodas de oro' según el calendario ad hoc, del estreno de Psycho, la aclamada película dirigida por Sir Alfred Hitchcock en base a la homónima novela de Robert Bloch. (Es curioso el calendario éste de los aniversarios en que supuestamente el paso de los años es simbolizado por materiales más nobles y resistentes: se pasa por el papel, el corcho, el jebe, la cerámica, la plata, el oro, el diamante, para acabar en, si se cumplen 100 años, ¡el hueso! -qué sabrosa e impecable ironía-).

Por supuesto hay información pródiga en hipertexto respecto a dicha cinta en cualquier venero de internet y la cinefilia no es mi fuerte en lo que se refiere a parafilias, para ser sinceros. Así que recordaré tan sólo haber leído antes la novela de Bloch que la película de Hitchcock y, dado que en la novela no podía imaginar las sobrecogedoras imágenes de la película, más recuerdo la curiosidad al columbrar en los párrafos iniciales a Norman Bates leyendo un libro relacionado con el Perú: The realm of the Incas de Victor von Hagen. Ingenuo e ignaro como tantos en aquella época pre-Google, me satisfice creyendo que Von Hagen y su libro eran una creación de Bloch -a la manera de Borges-, pero ahora vengo a enterarme que no.




Von Hagen existió, claro está, y visitó Latinoamérica y el Perú desde luego, interesándose por las extintas culturas precolombinas: inclusive en recónditos lugares de nuestro país hay aún recuerdos de su paso como en Leymebamba, en la selva del departamento de San Martín. Pero aparte de la sorpresa de encontrar a paisanos de abolengo como los Incas en la novela de Bloch, fue transido de cierto horror que leí este párrafo de la novela en que se cita a Von Hagen describiendo una antigua danza de guerreros incaicos victoriosos:

"El redoble se efectuaba generalmente en lo que había sido el cuerpo de un enemigo; había sido desollado, estirándose el vientre para formar un tambor, y todo el cuerpo actuaba a modo de caja de resonancia, mientras los sonidos salían por la boca abierta; era algo grotesco, pero efectivo."


Vaya, menudo timbal...

Revisando los enlaces de internet, valdría la pena además detenerse en el de Ed Gein, asesino norteamericano de la vida real que inspiró a Bloch en su novela. Su historia es hórrida por demás y, como es usual, supera a la ficción.

Hay una frase de Hitchcock respecto a la psiquiatría que vale recordar: "Tevision has done much for psychiatry by spreading information about it, as well as contributing to the need for it."...  Tirando de los cabellos a la frase podríamos preguntarnos, ¿y qué hubiese dicho de internet el Maestro?

Por cierto, las películas de asesinos en serie y homicidas masivos son temática usual y socorrida por el éxito que conllevan. El horror nos fascina y la amenaza del horror, desde luego. Llama sí la atención cómo los casos psiquiátricos respecto a tal tenor son vistos por Hollywood, la manera confusa y estigmatizada en que se proyecta la imagen de la psicosis confundiéndola con la psicopatía o prodigando el mito de que las personas que padecen enfermedad mental son inevitablemente sujetos violentos y protervos, mientras la evidencia científica es que ello no es tal.

Habrá que revisar entonces la sobrecogedora, la espeluznante, la escalofriante Psycho.

Qué meyo, digo yo.





ENLACE:

- Byrne P. Fall and rise of the movie 'psycho-killer'. Psychiatr Bull 1998; 22: 174-176.

2 comentarios:

todopsicologia dijo...

Y uno de los problemas creo, es que no concebimos la atrocidad, la maldad o la vileza sin que pueda ser explicada por una enfermedad. Siempre es lo mismo....."era tan buena persona, tuvo que volverse loco.....".
¿Acaso ya no es posible ser mala persona?. En la película "Monos como Becky" (te recomiendo su visionado si no lo has hecho), un par de psiquiatras mantienen una conversación al principio, en la que vienen a decir que en las cárceles ya no hay criminales, solo quedan enfermos.
Saludos.

Lizardo Cruzado dijo...

Así es, Jesús, andamos febriles en busca del gen de la maldad. Vamos a ver esa pelìcula que recomiendas pues no la hemos visto todavìa. El mal y el bien, todo un tema, y que sin duda no puede agotarse en supuestas etiquetas diagnòsticas. Un saludo.