lunes, 7 de septiembre de 2009

La anorexia es una princesa muerta





Foto: captura de pantalla de América TV.






Una enfermera murió de anorexia y pesando 33 kilos

"La enfermera María Elisa Durán Simeón, de 32 años de edad, no pudo ganar la batalla contra la anorexia que padecía desde hace seis años y murió pesando 33 kilos, esto ocurrió hace apenas pocos días.

Sus familiares contaron que la frágil salud de María Elisa se complicó cuando, repentinamente, desarrolló una bulimia -se alimentaba compulsivamente y luego vomitaba- que le provocó un problema gastrointestinal y que finalmente la llevó a la muerte.

Su padre, César Durán, asegura que ella no fue atendida adecuadamente en el Hospital Hermilio Valdizán, en Santa Anita, donde recibía tratamiento. Según él, el doctor que la atendía “a veces no le daba receta”.

María Elisa paradójicamente trabajaba en el área de Nutrición del Instituto Materno Perinatal (ex Maternidad de Lima) y debía ser medicada para tratar un cuadro de ansiedad. Las dosis que recibía fueron intensificándose pues su situación no mejoraba.

“Sin esas pastillas no podía controlar su tensión nerviosa. Al final solo lloraba y lloraba”, contó el padre quien detalló que la enfermera, de un momento a otro, dejó de comer o se alimentaba de noche para luego vomitar. Además, no descartó que su hija se haya quitado la vida.

Agentes de la Policía han requerido que la habitación de María Elisa quede cerrada hasta que se profundicen las investigaciones para determinar si falleció por las complicaciones en su salud o por un suicidio."


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Probablemente María Elisa no se consideraba una "Princesa Ana" ni usaba una pulsera roja en la muñeca para identificarse solapadamente. Seguramente tampoco frecuentaba blogs coloridos, repletos de figuras de damiselas estilizadas y rutilantes estrellitas. O tal vez sí lo hacía pero ya no lo sabremos.

El drama de la anorexia en el caso de María Elisa ha trascendido su solo sufrimiento individual y familiar -como ese padre desconcertado que sale en el video- para acabar en el desenlace fatal: su cuerpo emaciado, caquéctico, donde probablemente los vómitos produjeron alteraciones de los electrolitos (el potasio indudablemente) que así habrían desencadenado problemas del ritmo cardiaco y la parada súbita del corazón. Una parada para descansar pero ya no más.

La moraleja sentenciosa es previsible e innecesaria en un cuento de princesas. ¿Pero acaso no es obvio que este no es un cuento de princesas?




ENLACES:

- Kaye WH, Fudge JL, Paulus M. New insights into symptoms and neurocircuit function of anorexia nervosa. Nature Reviews Neuroscience 2009; 10: 573-584.

- Attia E, Walsh BT. Behavioral management for anorexia nervosa. N Engl J Med 2009; 360: 500-506.

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