lunes, 21 de septiembre de 2009

Donde el bloguista confiesa su sequía creativa






Habráse tal vez asumido erróneamente que la inspiración de este bloguista -no blogger, para evitar el anglicismo: pues bloguista como vocablo emplea un sufijo castizo para designar al que practica una actividad- habráse asumido, digo, que mi inspiración es inacabable y el pavor a la pantalla en blanco no me acecha jamás. Falso. Este es un homenaje a la pantalla vacía justamente. Un monumento al teclado que no se puede arrugar como papel rumbo al cesto de desperdicios.

He fallado el simplísimo truco al que recurría para convocar a las musas: http://www.braintraining101.com/get-inspired-by-clicking-your-mouse/ Ahora el ratón, malhaya que no pueda morderse como lápiz, exangüe y catatónico yace bocarriba sobre la mesa.

¿Qué hacer, entonces? ¿Deberé empezar a redactar ese largamente descuidado proyecto de la 'Noguchipedia' -inspirado en la obra de nuestro preciado colega ibérico el Dr. Brea-? ¿Será hora de acometer ese benemérito tesauro para empezar a entendernos sobre qué es un investigador aquí y qué no es? ¿Serán bienvenidos arcaísmos en desuso como 'miércoles académicos'? ¿Llenará tal ocupación los espacios yertos de esta bitácora que tantas veces nos han torturado? ¿Sobrevivirá este blog a estas mortales horas de sequía creativa?

Realmente son estos momentos insondablemente horrendos...

7 comentarios:

Favio dijo...

Genial autoretrato estimado Lizardo, qué podrías hacer con un pincel...

Lizardo Cruzado dijo...

Gracias, Favio: de hecho prefiero el carboncillo para los autorretratos y los retratos. A ver cuándo te animas a posar para mí...

sin pepas... dijo...

hum... ¿calato?

Tony Chávez Uceda dijo...

Una de las más bellas canciones jamás compuestas es esta

http://www.youtube.com/watch?v=a81AGfl0JOY

Donde el genial Silvio Rodríguez expresa su angustia por haber perdido la inspiración (el unicornio azul). Sin embargo, usando una linea harmónica algo simplona, y una melodia, en consecuencia, poco elaborada, logra combinarlas de tal manera con una poética letra, que se convierte en uno de los himnos de todo artista. Cuando la musa no inspira, cuando las ideas no surgen, cuando las palabras se pierden en los recovecos de nuestros razonamientos.

Esta otra memorable obra, según algunos estudiosos, también fue compuesta en un momento de "carencia de unicornio azul".

http://www.youtube.com/watch?v=LdfNTO_o-3k

En ella el sujeto tiene caracter "ostinato", se repite innumerables veces, y el desarrollo es muy simplón, pero el gran Ludwig se sale con la suya al usar los instrumentos de viento a la perfección, sobre todo las flautas, que bárbaro, como unen y entretejen todos los otros pasajes.

En eso reside la maestría del artista mi querido amigo, aun sin inspiración, seguir creando.

Lizardo Cruzado dijo...

Ciertamente, Tony, a ver si luego de los videos se me ocurre un genial post.

José Manuel Brea dijo...

Un día, amigo Lizardo, escribí un mal poema sobre la inspiración perdida. Fue muchos años antes de la época bloguera y creí que se había perdido para siempre. Lo he buscado, lo he hallado y se lo brindo, seguro de que su musa ya habrá aparecido.

NUMEN

Se esconde inspiración
la pícara y esquiva damisela.

Escucho su burlona risa fría
intuyo el nebuloso rostro informe en los rincones.
Mas no acude a llamadas
ni se ablanda ante ruegos.
Larga espera... y nada. (No es ella compasiva)

Desde el dolor enconos
exabruptos
maldiciones
contra la musa acrecen... Y la malvada no habla.
Oculta entre tinieblas de desprecio
dolida por agravios –y ofendiendo– duerme.

Desde el amor paciencia
bendiciones
cariñosos susurros
mil cantos a la más bella... Y lo mismo en su silencio.
¿Qué debo hacer para que tuerza el rumbo
complacida –y complaciente– hacia mi puerto?

Se esconde Inspiración
la pícara y esquiva damisela.

Lizardo Cruzado dijo...

Apreciado amigo y colega José Manuel, le agradezco sinceramente por su sensible gesto: me ha hecho evocar la página postrera de tantos cuadernos llenos de versos en épocas que hoy parecen tan distantes. Dónde andará aquella damisela, amigo mío, cómo se habrá desvanecido si antes tan casquivana era.
Un gran abrazo.