sábado, 11 de septiembre de 2010

El humor y la muerte




Ayer 10 de setiembre fue el Día Mundial de Prevención del Suicidio, fecha instituída por  la International Association for Suicide Prevention y auspiciada por la Organización Mundial de la Salud, con la finalidad de crear conciencia sobre este acuciante problema y la necesidad de seguir trabajando en estrategias de detección del riesgo suicida y su prevención. Como es obvio y reconocido, no se pueden prevenir todos los suicidios pero muchos, una buena mayoría sí.

El suicidio es enormísimo, inagotable tema.  Como leíamos en algún afiche, cada 40 segundos se suicida alguien en el mundo: y cada 41 segundos muchos otros empezarán a tratar de encontrar algún sentido a semejante hecho. Por si fuera poco, por cada suicidio consumado se producen más de 25 tentativas francas de tal cometido.

Dado que la fecha es sumamente seria, quizá fuera de fecha puedan resultar menos atrabiliarias estas irónicas viñetas:































Una viñeta bastante cruda es, sin duda, ésta (recuérdese que, en el inglés coloquial, se denomina 'Shrink' al médico psiquiatra -y a veces también a los psicólogos-, pero con una connotación despectiva adicional para quienes se atienden con él. NB.: el vocablo se ha derivado directamente de 'head shrinker'):



Y dentro de la anécdota mediática, vale recordar que hasta el buen Mickey Mouse tuvo sus propias viñetas suicidas, allá por la lejana década de 1930 -y que hoy serían tal vez políticamente incorrectas-. Véanse unos botones de muestra:









El humor y la muerte, la muerte y el humor, pareja indivisible son: el mayor temor humano y el gran mecanismo de defensa que la desacraliza, la pone en entredicho y la tutea. Inmensos telones de fondo devienen sobre los que proyectamos nuestras iras reprimidas y nuestros más acendrados prejuicios.

¿Podrá creerse que un cómic ha sido acusado de inducir al suicidio? En el año 2008, en China, el suicidio de un adolescente de 12 años por defenestración, se atribuyó al libro de viñetas titulado 'Bunny Suicides'. No, no era alguna disfunción familiar, un diagnóstico individual, o el sistema educativo los considerados como elementos causales: eran las imágenes de los conejitos suicidas las responsables del ominoso desenlace. PRECAUCIÓN: he aqui algunas imágenes de aquellos conejitos:








Devanando ideas gratuitas, ¿no representarán de alguna manera aquellos conejitos nuestra propia indiferencia ante el suicidio que luego -maravillosa proyección- nos escandaliza? ¿No graficarán sus peludos y palpitantes cuerpecillos nuestra inerme condición ante la desnuda realidad que cada suicidio nos arroja a la cara violentamentamente -cada 40 segundos-?




ENLACES:

- Más viñetas de 'Bunny Suicides'.

- 'The Book of Bunny Suicides' (descargar desde Hotfile) y 'Return of the Bunny Suicides' (Rapidshare).




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4 comentarios:

José Manuel Brea dijo...

Valga el humor como antídoto del miedo a la muerte, pero no parece admisible que viñetas humorísticas puedan ser causa de muerte. No se puede obviar la multicausalidad del suicidio.
Un saludo, amigo Lizardo.

Oscar Martínez Azumendi dijo...

Hola Lizardo. Como siempre muy aguda y oportuna la entrada. Y si dejamos aparte la seriedad del tema, el humor que destila alguna de las viñetas hila fino. Lo de los conejitos ¡sin palabras!
Me animo a incluir un enlace donde se ironiza con la idea del suicidio por desamor:
http://psiquifotos.blogspot.com/2009/04/60-el-amante-desdenado-de-s-troisi.html
Un cordial saludo de nuevo.

Lizardo Cruzado dijo...

Y que siga valiendo, amigo José Manuel, y que siga valiendo.
Un cálido saludo.

Lizardo Cruzado dijo...

Le agradezco por el enlace tan interesante -como todos los de su bitácora-, Dr. Martínez, y su visita que nos distingue. Extrañando estamos la reactivación de Psiquifotos luego del verano boreal. Un grato saludo y gracias por su comentario.