domingo, 31 de mayo de 2009

¡VOY A SALIR DEL CLÓSET!




Está decidido. Basta de hipocresías y gazmoñerías. Luego de un paulatino proceso de reflexión introspectiva iniciado en mis años puberales y desoladores desgarramientos metafísicos recientes, he tomado la decisión. Y no es broma. Lo proclamo ante el mundo, Señoras y Señores. No pido su aprobación ni su tolerancia. A quién le importa.

Voy a salir del clóset. ¡YA!







ENLACE:

- The OUT Campaign.

sábado, 30 de mayo de 2009

Conversaciones con Seguín




Se estila publicar libros de homenaje a nuestros más preclaros maestros en algún momento de su dilatada trayectoria. Suelen ser, las más de las veces, compilaciones de artículos de aquellos que se reclaman sus discípulos aunque el tema no necesariamente hermane los ensayos ni guarden relación estrecha ellos con la senda trazada por el homenajeado. Para mayor grima, a veces los volúmenes de homenaje, póstumos son.

Empero Conversaciones con Seguín (Mosca Azul Editores, Lima, 1979), es un feliz encuentro entre la ocasión propicia y la congruencia plena con la doctrina del Maestro de la Psiquiatría Peruana, Carlos Alberto Seguín -fundador de la escuela psiquiátrica del "Hospital Obrero", ahora Hospital Carlos Almenara Irigoyen de ESSALUD-. Ensamblado a partir de entrevistas del dilecto discípulo seguiniano Max Silva Tuesta al Maestro, Conversaciones... constituye un apreciable modelo de homenaje en que se recoge el diálogo vivo, la palabra palpitante y el espíritu cabal del psiquiatra más representativo de la vertiente psicodinámica en esta parte del continente.



Carlos Alberto Seguín

Seguín fue sobrino segundo de Honorio Delgado, esotro "monstruo" de la psiquiatría iberoamericana y entrambos protagonizaron animadas contiendas intelectuales a lo largo de buena parte del siglo XX, cada quien en su gloriosa trinchera -Don Honorio fue adelantadísimo abanderado de la psiquiatría biológica en este lado del charco-. En el capítulo que ofrecemos de la obra Conversaciones..., Max Silva (MS) interroga a Seguín (AS) sobre su tío e inicial numen en la profesión psiquiátrica, acerca del primigenio entusiasmo delgadeano por la corriente psicoanalítica. Estos sabrosos diálogos constituyen insumo básico para la historiografía de la psiquiatría peruana y latinoamericana y además para acceder a la memoria latente del Maestro Seguín. Apréciese cómo pese a la pertinacia de Silva Tuesta, Seguín jamás desciende al infidente chisme o al desembozado "raje" -nuestro deporte nacional-: al contrario, su grandeza de espíritu relieva el valor de sus asertos y testimonia el fuste humano y profesional de un grande, realmente grande de la psiquiatría, más allá de las escuelas o de los pequeños conciliábulos.

Honorio Delgado y el psicoanálisis
Honorio Delgado y el psicoanálisis lizardocd Chapter of an interview to Carlos Alberto Seguín, great peruvian psychodynamic psychiatrist, about Honorio Delgado and the psychoanalysis.


jueves, 28 de mayo de 2009

1 000 000 de suicidios / año





Jacob (plumones y acrílico sobre lienzo, 182.9 x 137.2 cm. ) 2007




Por gentil cortesía de un colega, hacker y geek él, una revisión reciente sobre este tema siempre actual.

Si el lector acucioso gusta de retos, busque estadísticas actuales de suicidio en el Perú. Aconsejo no empezar por la página del Ministerio de Salud. De cualquier manera, los números no graficarían totalmente el caudaloso sufrimiento: por cada suicida, ¿cuántos intentos, cuántas ideaciones, cuántas crisis?



Mujer joven (tinta sobre papel, 46.2 x 65 cm.) 2007

El suicidio suele ser un tema tabú para el común de personas y hasta para los propios médicos que, de hecho, también se suicidan y bastante, pero discretamente; luego de ello sólo queda la anécdota para el cambio de guardia o el break: "Fulanito se ha suicidado", "quién iba a pensarlo", "si yo lo ví y estaba bien..."



Consuela (plumones y acrílico sobre lienzo, 152.4 x 152.4 cm) 2007

Por cierto, siempre queda la posibilidad de buscarle una quinta pata al gato. O seguir buscando las estadísticas sobre suicidio...







Iconografía de Rachel Howard, de la serie How to disappear completely. Londres, 2008.

miércoles, 27 de mayo de 2009

El Doctor Inverosímil, de Ramón Gómez de la Serna





Ramón Gómez de la Serna
(1888-1963)



Fue por azar, lo que satisfaría sin duda al autor: su librito hallado en algún remate de a sol o tres por cinco soles en una vereda. Amarillento, casi una foto en sepia, libro viejo y sabio, un libro solterón y cerrado durante inacabables años hasta asomarse a un blog.








YO NO USO RELOJ

Me ha servido mucho para aguzar el sentido de mi profesión que yo he sido un niño que ha visto a muchos doctores a su alrededor, pudiendo así observar sus gestos, sus costumbres, sus palabras...

Yo recuerdo que una de las cosas que más miedo me daban era el reloj del médico, muy extraplano, niquelado como hecho de mercurio solidificado... Cuando lo sacaba el doctor y lo veía brillar en su mano mientras me tomaba el pulso sentía escalofríos que me daba su metal y su esfera blanca, blancuzca, blanquinosa... Las manillas de uno de esos reguladores que en las fábricas tienen siempre un vigilante de vista y en los que una subida puede significar el estallido de toda la fábrica y sus alrededores.

Aquel reloj de los doctores no era un reloj, era otra cosa, un instrumento impasible y cruel...

Por eso no uso reloj, y como con el propio cálculo de mi cuidado consigo distinguir las pulsaciones normales de las anormales, a lo más pido su reloj al enfermo, el reloj que le conoce y le quiere, el reloj que ha ido en su chaleco en diálogo íntimo con sus redaños, el reloj que no es del doctor, tan frío que a veces aumenta indudablemente su fiebre.

Hasta creo que nuestros relojes doctorales se envician, se apresuran cuando les observamos, se contagian de nuestra inquietud, y su segundero neurasténico por la responsabilidad que ciframos en él, se excede o se queda atrás con el tiempo, atemorizado.


ESO ES DE LO MISMO


Los enfermos acostumbran a preguntar tantas cosas, que resultan inaguantables sus consultas.

- ¿Qué será esto que siento aquí?

- ¿Qué será este dolor que me acude a este lado cuando acabo de comer?

- ¿Qué serán estas palpitaciones que me atacan a este lado como si me latiese una herida?

- ¿Este dolor en el costado será grave?

- Por las mañanas siento un abismo tal en mi estómago, que me parece que voy a caerme en él.

- Siento en las palmas de los pies unos dolores agudos y penetrantes como si pisase clavos en punta.

Etcétera, etcétera.


Yo, para calmar todos esos dolores, no utilizó más que una frase: "Eso es de lo mismo".

Eso les calma instantáneamente a los enfermos, y como si les recordase algo grave que ya supiesen, se quedan callados. Es instantánea la eficacia de esta aseveración.

Y el enfermo lanza un "¡Ah!" de sabiduría, de saciedad, de "¡Ah!", "¡también de eso!"

Claro que si él preguntase: "¿y eso qué es?", no encontraría claro el "eso" de lo que es también "eso" otro; pero a la naturaleza le gusta referirse con tranquilidad a otra cosa y lo que más le asusta es complicar sus males.

Es como si a un loco se le dijese la palabra que le calma, que le aduerme instantáneamente.

En realidad, al decir "Eso es de lo mismo", es como si se diese a oler y se adurmiese al enfermo con una especie de cloroformización instantánea.


EL SABIO DOCTOR EN MEDICINA



El caso más interesante y complicado de los que he resuelto ha sido el de un doctor en medicina. No digo su nombre porque es el de uno de los más afamados y de los que más clientela tienen y le podría perjudicar esta confesión.

Una mañana me despertaron diciéndome que el gran doctor me rogaba que fuese a verle inmediatamente.

[…] Estudié a aquel hombre. Su vida se dividía en dos mitades. Una, frívola, de descanso, de molicies, de confort, de chaquet, de teatros, durante la que apenas pensaba aun bajo su rostro de hombre sagaz, su rostro engañoso de doctor, y la otra mitad llena sólo de un exagerado sentimiento del deber, dedicada sólo a sus visitas. Faltaban en su vida horas íntimas, independientes, salvadoras, de esas en que todo se asimila, se desdeña o se aprecia por razones entrañables.

Era doctor de amplias vitrinas donde brillaban todos los objetos de acero, muchos más que necesitan todas las operaciones, algunos para casos que no han sucedido nunca en la vida, casos como los de esas operaciones consecutivas que aun podría sufrir el muerto en la muerte si en el otro mundo hubiese cirujanos.

Todos los objetos, relucientes, punzantes, agudos, amenazadores, daban un aspecto de gran peluquería y navajería al despacho. Entre todos se destacaban unos enormes fórceps como unas grandes tenazas para el servicio de la ensalada. En su empaque, en su modo de hablar, en su ranciedad vi en seguida su mal y se lo confesé.

—Usted está enfermo de medicina… Esta enfermedad de usted, un poco del corazón, un poco de la piel, otro poco del hígado, otro poco de anemia, procede de su profesión… Hay que defenderse con una gran fuerza interior de toda profesión, pero de ninguna hay que defenderse tanto como de la medicina, porque es la que más puede estragar la vida y filtrarse en ella […].


 

EL PULMÓN MENOS (*)

Voy a pintar la psicología de los que tienen un pulmón menos. Supongamos que es el derecho.

Se lo callan, se lo callan; pero tienen un pulmón menos. "No es necesario decírselo a nadie -piensan ellos- porque después abusan de esas cosas y esperan vernos fallecer para dar saltos en el escalafón."

Todo un pulmón menos tienen esos seres de voz perdida, de voz sin aire. Esa apretazón de los pulmones que nosotros sentimos al respirar, ellos sólo la sienten al lado izquierdo. El lado derecho, como si no existiese, opaco, macizo, apretado, espeso, como una maceta que se hubiese quedado para toda la vida en un rincón con su tierra, su tiesto y su esquejes muertos. "¡Con un pulmón menos ha habido quien ha vivido hasta cien años!" se dicen para consolarse.

Los que tienen un pulmón menos cuando a veces se dan golpes en el pecho nunca escogen el lado derecho. No sienten el "yo" en aquel lado porque aquel lado es el muerto, el que uno ha olvidado ya.

Respiran con gran cuidado poniendo boca de espita o de silbato, porque saben que como se les cierre único pulmón que les queda ya están muertos.

- ¡Cuántos habrá que tengan un solo pulmón y se lo callan! -piensan para darse ánimos-. Sólo ante los fósiles atorados de tierra se conmueven, y cuando ven unas madréporas fosilizadas o unas estalactitas se conmueven. Ellos también guardan, como en un estuche de museo de historia natural, su pulmón aniquilado, el recuerdo de su pulmón.

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(*) En época del autor, no habían medicamentos contra la tuberculosis y era frecuente la extirpación de lóbulos o el pulmón entero -o el colapso por neumotórax-, para controlar el mal y salvar la vida del enfermo.



LOS FORROS

Volved de vez en cuando los forros de los bolsillos hacia afuera porque en ese polvillo de cosas, en esas pelusas, se mantienen y se crean todos los microbios. La putrefacción de muchos, la gangrena de su vida, ha comenzado por los algodones oscuros que no se sabe de dónde salen, por esas piltrafas misteriosas... Haced como cirujanos auténticos la operación de quitar esas tumefacciones y ese pus de vuestros bolsillos.

Son esquirlas del pasado, condensaciones de tiempo, detritus de lo que pasa, resultados de pájaros invisibles que dejan caer eso desde los árboles del tiempo.

La higiene de los bolsillos de las americanas, de los pantalones, de los chalecos, es de las higienes más abandonadas.

Yo lo primero que hago en mis enfermos es descargar sus bolsillos y sacar esos gusanos pegados a las juntas de sus forros, esa cosa que ha crecido en la soledad y que es la concentración del tiempo que murió, el final de las horas y los minutos que cayeron muertos en los bolsillos como en la redecilla del cazador.

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Ramón Gómez de la Serna, denostado alguna vez como mero embeleco de ingenio y acrobacia verbal, fue famoso por sus "greguerías " -escribió más de 10 000-: frases conceptuosas y escuetas, condensaciones de metáfora y humor:
El amor nace del deseo repentino de hacer eterno lo pasajero.
Entre los carriles de la vía del tren crecen las flores suicidas.
La O es la I después de comer.
El niño grita "¡No vale...!" "¡Dos contra uno!" y no sabe que toda la vida es eso: dos contra uno.
Roncar es tomar ruidosamente sopa de sueños.
No hay que tirarse desde demasiado alto para no arrepentirse por el camino.

Si te conoces demasiado a ti mismo, dejarás de saludarte.


Nos aliviaríamos si comprendiésemos que morir es la última diversión de la vida.
Todos quisieran tener dos hígados para quejarse de los dos.
El cerebro es un paquete de ideas arrugadas que tenemos en la cabeza.

Cuando por los altavoces anuncian que se ha perdido un niño, siempre pienso que ese niño soy yo.


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El azar reunió a este antiguo libro con un nuevo lector. En sus páginas, pese a los años transcurridos -apareció en 1921 la primera edición-, un aire fresco y jovial fluye. Hay cosas que no cambiarán jamás en la relación médico-paciente, sin duda. El párrafo final de "El doctor inverosímil" así lo reitera: "Yo, por lo menos, puedo decir lo que aquel doctor que decía: 'Entre mis manos los enfermos pueden perder la vida, ¡pero jamás el espíritu!'"


Ah, y valga la aclaración. Ramón no era médico.


Pablo Picasso "Ciencia y caridad", 1887.



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ENLACES:


- Ramón Gómez de la Serna en Wikipedia. 





martes, 26 de mayo de 2009

Demostrado: las plegarias no sirven para curar a los enfermos





Éste no es sino un stub.

Un símbolo de "check" color esmeralda nos había llamado la atención al final de varios blogs alguna vez visitados. Dicho símbolo corresponde a Research Blogging, un muy ameno y provechoso blog de blogs que queremos compartir con todos ustedes, una enorme bitácora de bitácoras que compila y reporta las actualizaciones de blogs que reseñan artículos científicos en las diversas áreas del conocimiento humano -incluyendo psiquiatría, que aunque no lo crean , también es un área de tal saber-.


Así, a ojo de buen cubero, resalta el interesante Epiphenom, un blog que se presenta "en la intersección de la ciencia, el ateísmo y el humanismo" y que alcanza una reseña de reciente estudio en British Journal of Sociology sobre factores sociales que hacen a la gente o creyente o descreída. Pero más palpitante, mucho más, es un post previo del mismo blog sobre una investigación de la que ya nos habían llegado las mentas: la evaluación sistemática de la evidencia respecto a los efectos supuestamente benéficos de la oración religiosa, a cargo de The Cochrane Collaboration. Y no pues, nada. No hay. Na' que ver...

Ahora que tenemos a Research Blogging podremos echarnos panza arriba a adorarnos el ombligo. Teniendo a mano a la madre de todos los blogs, para qué más... Y a lo mejor hasta me animo a tener por fin el blog descaradamente chonguero que siempre quise tener.


(Excusarán los amelcochados íconos a lo Sarah Kay pero no encontraba mis fotos de primera comunión).

lunes, 25 de mayo de 2009

Santa Dympna, Virgen y Mártir, y los albores de la psiquiatría comunitaria








La tradición refiere que Dympna fue una princesa de Irlanda en el Siglo VII, hija de un rey pagano (Damon) y una dama cristiana (Odilla) que la dejó huérfana a edad temprana. La tradición también quiere que su padre, enloquecido por la viudez, haya reparado un día en su bella hija adolescente con libidinosos ojos. Atravesando el mar del Norte, acompañada de su confesor Gerebernus, santísimo varón, Dympna abandonó su tierra huyendo de los incestuosos impulsos paternos y recaló en lo que es hoy Bélgica, cerca de Amberes, en la villa de Gheel.

En el siglo XIII, alrededor de 1249, se escribió la primera historia de la santa, mandada por el obispo Guy de Cambrai y basada en la tradición oral enteramente. Existían en las afueras escarpadas de la aldea de Gheel dos tumbas conteniendo los esqueletos de dos personas, una mujer muy joven y un varón anciano. Llamaba la atención que se hallasen ambos decapitados. La leyenda quiere truculentamente que Damon, informado por sus esbirros, haya arribado hasta donde se ocultaba su hija y despechado ante la negativa de tornar ella a Irlanda, la acabase decapitando en un rapto de ira. Sus soldados descabezaron a Gerebernus pero rehusaron matar a la princesa.


Hase discutido la existencia histórica de la santa. Iterativos mitos sobre la furia incestuosa desatada hacia vírgenes cristianas recorren toda la edad media. Se ha pretendido identificar a Dympna con Davnet, otra santa perdida en la bruma de los tiempos del martirologio, irlandesa también, ratificando a Erin como tierra prolífica en santidades. No pasaría de borrosa y pintoresca narración la actual de no ser porque a partir del siglo XIII empezaron a peregrinar enfermos en busca de curación a la tumba de la santa: tal vez no por azar eran sobre todo epilépticos y enfermos mentales.

Inicialmente los enfermos pernoctaban en el interior de la iglesia dedicada a la santa en Gheel. Prontamente el cupo exiguo obligó a erigir en terreno adyacente la "Siecken Kammer", un ambiente donde los peregrinos transcurrían los nueve días de rigor para alcanzar el alivio de sus quebrantos por la merced de Santa Dympna. Al pasar los años era tanta la fe por las gracias concedidas que las caravanas de peregrinos engrosaron en modo tal que los orates llegaron a alojarse en casa de los mismos aldeanos. Y muchos permanecieron por siempre, sea para consolidar el milagro concedido, sea para esperar el milagro deseado.









Así se formaron, en tiempos tan remotos, los primordios de lo que podríamos llamar psiquiatría comunitaria. Centuria a centuria, la colonia fue tornándose numerosa. Los llamados "locos" eran primero observados para determinar la severidad de su mal o la peligrosidad de su conducta, y luego se destinaban a las familias según fuesen las características de cada hogar. Aunque hubo alguna época en que existió cierto dolo y hasta se subastaron orates en pos de las compensaciones monetarias que daban las familias adineradas por el cuidado de sus pacientes, la intervención estatal y eclesiástica ordenó el desenvolvimiento pacífico de la inusual y aleccionadora experiencia en Gheel: allí no había estigma ni rechazo pues los pacientes convivían en el seno comunitario por luengos siglos, dedicados al cultivo y la crianza de animales en un entorno natural y libre y desprejuiciado. Un interesante reportaje aparecido en The New York Times en 1875, atestigua tal prodigio, que se mantiene vital hasta hoy.

Actualmente existe un moderno hospital psiquiátrico en Gheel, heredero de la tradición poéticamente iniciada so la advocación de una adolescente santa y decapitada que podía curar a los desposeídos de su razón. Gheel es una ciudad de poco más de 30 000 almas y actualmente alberga a cerca de 500 pacientes que viven al cuidado de similar número de familias.

Las representaciones iconográficas de Santa Dympna la muestran con los atributos propios de su condición: diadema por haber sido princesa, el lirio por su virginidad, la espada con que fue decapitada, la Biblia con el trébol que representa a su tierra irlandesa y en una hoja del trébol el emblema de la tierra belga que la acogió. Ese pequeño demonio verde encadenado, sometido a sus pies, representa a la locura, que ella ha contribuído a domeñar.







Bajo su advocación de Santa Patrona y Protectora se acogen quienes sufren desórdenes nerviosos o neurológicos, enfermos mentales, epilépticos, dementes, lunáticos, orates, poseídos, así como asilos, manicomios y hospitales frenopáticos amén de psiquiatras y trabajadores de la salud mental. También protege a las víctimas de incesto y de violación, los sonámbulos, huérfanos, los fugitivos y las princesas. Su hálito legendario la destaca entre varios otros santos dedicados a los que padecen dolencias mentales, pues ella misma intercede por su progenitor enloquecido y condenado. La fiesta de Santa Dympna se celebra el 15 de mayo.

ORACIÓN
Padre, nuestro Dios, que bondadosamente elegiste a Santa Dympna como Patrona de aquellos afligidos con problemas mentales y nerviosos. Ella es nuestra inspiración y un símbolo de caridad a los muchos que ruegan por su intercesión. Que a través de las oraciones de esta joven pura y mártir, puedan nuestros sufrimientos encontrar alivio y consuelo, especialmente por los que te pedimos (mencione aquellos por los cuales quiere pedir). Te suplicamos Padre, escuches las plegarias a nuestro nombre de Santa Dympna. Dale a aquellos por los que rezamos, paciencia en el sufrimiento y resignación con Tu voluntad. Llénalos con esperanza y dales el alivio y sanación que ellos tanto desean. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor, quien sufrió su propia agonía en el huerto. Amén.




domingo, 24 de mayo de 2009

El suicidio asistido de Linda Fleming


"Da bebidas fuertes al que debe morir..."
Proverbios 31:6.





Linda Fleming no murió así.


Linda Fleming, una mujer de 66 años con cáncer de páncreas incurable, que deseaba estar lúcida en el momento de morir, es la primera persona que se quita la vida voluntariamente, amparada por la nueva ley de suicidio asistido del estado de Washington, conocida como “morir con dignidad”.

“Soy una persona muy espiritual y para mí era muy importante estar consciente, lúcida y alerta en el momento de mi muerte”, dijo Fleming en una declaración difundida el viernes 22. “Los analgésicos poderosos me dificultaban mantener el estado mental que deseaba tener en mi muerte y sabía que los tendrían que aumentar”.

El grupo Compasión y Opciones, de Washington, una entidad que ayuda a quienes quieren acogerse a los términos de la ley, anunció la muerte.

En noviembre, Washington pasó a ser el segundo estado en Estados Unidos donde los ciudadanos aprobaron una ley de suicidio asistido. Se basa en una ley adoptada por los votantes en Oregón en 1997. Desde entonces, unas 400 personas han usado la ley de Oregón para poner fin a sus vidas. Según la ley estatal de Washington, todo paciente que requiera dosis mortales de fármacos debe tener por lo menos 18 años de edad, ser residente del estado y declarado mentalmente competente. Además, dos médicos deben certificar que el paciente tiene una enfermedad incurable y seis meses o menos de vida. El paciente debe formular dos pedidos verbales con 15 días de diferencia, además de una solicitud escrita frente a dos testigos. Los pacientes también tienen que administrarse los medicamentos por sí mismos.

Rodeada de familiares, su médico y su perro, Fleming tomó una dosis mortífera de barbitúricos recetados y murió el jueves 21 por la noche en su hogar en Sequim, Washington.

(Resumen de varias fuentes)

ENLACES:







Actualización:

Siempre suculento, el blog Nietos de Kraepelin, recién llegado del APA meeting, ofrece valiosas actualizaciones incluyendo un acápite sobre el suicidio asistido en EEUU.

sábado, 23 de mayo de 2009

Sobre las Princesas Ana y Mía en la prensa local








De El Comercio (Lima, Perú) del 24.05.2009,
por Nelly Luna Amancio:

"Ni siquiera así, sentadas como están, formando un círculo perfecto, con las manos escondidas entre las piernas, logran disimular su extrema y perturbadora delgadez. La imagen que se percibe en este ambiente —demasiado grande, demasiado funcional— del hospital de salud mental Honorio Delgado-Hideyo Noguchi —donde ellas se reúnen todos los jueves para enfrentar sus trastornos alimenticios— solo acentúa los huesos de sus brazos, la palidez de sus rostros, los pómulos salientes y unos ojos perdidos que miran sin estar mirando. Son las diez de la mañana de un caluroso jueves de mayo en Los Olivos, pero ellas se encogen de frío. Dicen que la anorexia les baja la presión, la gélida Ana la llaman. "

Seguir leyendo "Tan sólo princesas de cristal" en El Comercio.


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Nota de redacción:
 
Sabedores de la lectoría de esta bitácora por personas aquejadas de anorexia y/o bulimia ("Princesa Ana, Princesa Mía") incluímos el artículo periodístico sobre tratamiento profesional de estos padecimientos. Eso sí, el Instituto Nacional de Salud Mental "Honorio Delgado-Hideyo Noguchi" no se halla en Los Olivos sino en San Martín de Porres, a espaldas del Hospital Cayetano Heredia.

jueves, 21 de mayo de 2009

El paradigma SOTERIA y Loren Mosher



Loren Mosher M.D.
(1933-2004)

Loren Richard Mosher fue un psiquiatra norteamericano que consagró su carrera profesional a la búsqueda de tratamientos más efectivos y menos coercitivos para las personas esquizofrénicas. Esto lo condenó a ser catalogado como un outsider y marginado del establishment psiquiátrico.

Pero Mosher, de hecho, no era era un profesional chalado o advenedizo: fue médico graduado con honores de Harvard y se desempeñó entre 1968 y 1980 como jefe del Centro de Estudios para la Esquizofrenia del Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH) de los Estados Unidos. Además fundó y fue el primer editor de la revista Schizophrenia Bulletin. En 1998 fue muy sonada su renuncia a la Asociación Psiquiátrica Americana -a la que apostrofó como "Asociación Psicofarmacológica Americana"- y acusó de haberse prácticamente vendido a la industria farmacéutica. Denunció además el modelo mecánico-cerebral de la enfermedad mental que conllevaba a la profesión psiquiátrica a estar absorta en investigación psicofarmacológica sin dedicar un centavo a investigación de otra índole. (Imprescindible leer su carta de renuncia aquí.)

A inicios de los años 1970, Mosher estableció en la ciudad de San Francisco un innovador centro de tratamiento para la esquizofrenia al que bautizó con el vocablo griego SOTERIA (que significa salvación o liberación). Mosher asumía que el ambiente hospitalario restrictivo y el sobreuso de fármacos podían conspirar contra una mejor recuperación de los pacientes psicóticos por lo que, aplicando principios de comunidad terapéutica, intervenciones ambientales y psicosociales, y circunscribiendo el uso de neurolépticos a dosis bajas y sólo con autorización del paciente, obtuvo resultados promisorios y dignos de ser tenidos en cuenta.

El centro pionero SOTERIA cerró en 1983 por falta de fondos. Actualmente, sin embargo, se revaloran los postulados de Mosher y existen diversos centros asistenciales y académicos en varias partes del mundo que plasman tales ideales en la práctica. (De hecho, desde 1984 se abrió otro centro en Berna, a cargo de Luc Ciompi).

Glosando un fragmento del obituario de Mosher en el British Medical Journal: "Si hay alguna medición que trasciende los argumentos estadísticos en el trabajo de Mosher, son precisamente las encuestas de satisfacción de los pacientes que simple y llanamente se sienten mejor tratados que en los hospitales. Y si la mente es algo tiene valor más allá de su capacidad para funcionar hábilmente y proveer a su poseedor de trabajo y vida independiente, entonces el sentirse bien, lograr que los pacientes se sientan bien, es una meta tan buena -y tan ética- como cualquier otra."



ENLACES:


- Calton T, Ferriter N, Huband M, Spandler H. A systematic review of the soteria paradigm for the treatment of people diagnosed with schizophrenia. Schizophr Bull 2008; 34: 181-192.




- Bola JR, Mosher LR. Predicting drug-free treatment response in acute psychosis from the Soteria Project. Schizophr Bull 2002; 28: 559-575.

- Carpenter WT, Buchanan RW. Commentary on the Soteria Project: misguided therapeutics. Schizophr Bull 2002; 28: 577-581.

- Bola JR, Mosher LR. Clashing ideologies or scientific discourse? Schizophr Bull 2002; 28: 583-588. (Respuesta de los autores al comentario anterior)

- Web de Luc Ciompi.



Desde el Congreso de la Asociación Psiquiátrica Americana (APA)





Por estos días se celebra en los Yunaites, en la Ciudad de San Pancho, el congreso de la APA -curiosamente la Asociación Psicológica Americana detenta la misma sigla por lo que algunos llaman a la psiquiátrica la APA grande y a la psicológica, la APA chica-. Aunque no conseguimos que ninguno de los colegas asistentes acceda a la corresponsalía de esta bitácora, queremos compartir algunas noticias del evento divulgadas por internet.

Tal parece que la futura edición del Manual DSM-V podría borrar de un plumazo algunos diagnósticos subsumidos en la "dimensionalidad", verbigracia, el trastorno esquizoafectivo se diagnosticaría como esquizofrenia con prominente "dimensión anímica". Por otro lado, los trastornos de identidad de género, al igual que la homosexualidad en la década de 1970, podrían a su vez desvanecerse: hay un intenso lobby con tal propósito y hasta se efectuó una manifestación ad hoc frente al centro de convenciones.

Otra protesta ante el edificio en que se desarrolla el evento fue la de MindFreedom, asociación que defiende los derechos de los pacientes, y fue denominada "Festival de la Resistencia" como parte de la promoción de una iniciativa llamada "Mad Pride" -no necesita traducción, seguramente-. También se efectuó un plantón por parte de una rama de la Iglesia de la Cientología, habitual parroquiana en las convenciones de la APA.

El blog del Dr. Carlat asimismo nos informa sobre los simposios auspiciados por la industria que, desde la reciente decisión de la APA, han sufrido modificaciones. Se ha anunciado, con espíritu platillero, la flamante aparición de un test sérico para el diagnóstico de la depresión mayor. Por cierto, el asunto de la gripe también se halla bajo cobertura.

En fin, dado que ni el Trome ni Ajá -nuestros tabloides favoritos- están cubriendo la APA, podemos seguir actualizándonos en Medscape o en MedPage. Peor es nada.


miércoles, 20 de mayo de 2009

Aquí







Mis pasos en esta calle

Resuenan
En otra calle

Donde

Oigo mis pasos

Pasar en esta calle

Donde

Sólo es real la niebla.



Octavio Paz

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El otro día amaneció nublado, inusual e intensamente nublado: por un momento pareció que la niebla estaba a punto de engullir al Instituto por completo. Supusimos ya, ahora sí, este es el momento que anunciaron los profetas: desaparecerá el Instituto entre la bruma y surgirá uno nuevo, flamante, chévere, el Instituto que en verdad todos queremos tener.

Pero al poco rato se disipó la niebla, apareció el mismo Instituto de siempre bajo el sol mansito, y sólo quedó el olor a caca que la neblina abandonó irónica en el ambiente.

martes, 19 de mayo de 2009

Si un paciente te agrede...







Hoy le tocó a A, nuestra MR1: era un paciente varón, ya medicado, diagnosticado de psicosis orgánica, ni siquiera se le podía entrevistar por la desorganización de su conducta y su lenguaje, estaba recostado en cama, inyectado, dormido, y se suponía que ella le haría el examen neurológico. Y Adelguisa fue presta a ejecutar el examen neurológico a ese paciente somnoliento, orgánico, sedado, sin avizorar, sin presentir lo que iba a ocurrir, y al manipular uno de los brazos del paciente, quizá sin entender éste qué le estaba haciendo esa mujercita que lo movía y lo agarraba y lo zarandeaba, el paciente le asestó un puñetazo en el flanco, en plenas costillas voladoras de A.

Uno siempre escucha de agresiones de pacientes a otros, uno siempre supone qué paciente podría a uno agredirlo, uno siempre cree estar resguardado, precavido, recontradueño de la situación porque uno ha leído artículos, ha asistido a charlas, ha participado en seminarios. Hasta porque uno se ha portado bien, ¿verdad? Pero el día llega, el golpe cae, el dolor te encuentra, inerme, desamparado, te inmoviliza en el desconcierto, te colma de incertidumbre, te enseña su mueca burlona, su jojolete, y uno se queda clavado en el piso, clavadito, con un nudo en la garganta, con el alma al aire.

A todos nos pasa antes o después en este oficio, A. Sino pregúntale a Glenn Gabbard, el connotado psiquiatra psicodinámico norteamericano. Mira cómo le fracturó el dedo una muchachita pequeñita, cómo le paso a él, a él que da conferencias sobre manejo del paciente violento, a él que es una "vaca sagrada" de la psiquiatría contemporánea, cómo el Dr. Gabbard tuvo que llevar su yeso, cómo le quedó doliendo su dedo pulgar roto. Él se cuestiona a sí mismo en el artículo que narra su vivencia: "¿Me había estado forjando una ilusión de control y seguridad en una profesión en que realmente no podemos predecir qué es lo que va a hacer quien llega a nuestra consulta, a nuestro hospital?"

El riesgo nunca es cero, A., nunca. Hoy fue una lección más de nuestro oficio, apunta para tu libro: Ars longa, vita brevis.


ENLACE:

- Gabbard G. The illusion of safety. Am J Psychiatry 2004; 161: 427-428.


lunes, 18 de mayo de 2009

El experimento Rosenhan






Fotograma de One Flew Over the Cuckoo's Nest (1975).



El año de gracia de nuestro señor de 1972, el psicólogo norteamericano David Rosenhan ejecutó un interesante experimento: apalabró a siete personas cercanas a él (dos psicólogos, un estudiante de psicología, un pediatra, un psiquiatra, una ama de casa y un pintor; en total, tres mujeres y cuatro varones), además de él mismo, para que se presentasen a distintos hospitales psiquiátricos de los Estados Unidos refiriendo la percepción de alucinaciones auditivas poco claras, como voces pronunciando las palabras "hueco" o "vacío"; estos supuestos pacientes no hicieron referencia a ningún otro síntoma psiquiátrico y todos los demás datos biográficos y demográficos fueron estrictamente reales. De los ocho "pacientes", siete fueron diagnosticados como esquizofrénicos y uno como maniacodepresivo. Inmediatamente luego de su admisión hospitalaria, los supuestos pacientes cesaron de referir cualquier síntoma y se comportaron normalmente (de hecho, ni siquiera deglutieron la medicación administrada). Aunque ninguno de los pacientes fue identificado como simulador por sus médicos tratantes, varios sí lo fueron por los otros pacientes compañeros de pabellón. Finalmente todos ellos fueron dados de alta con un tiempo de hospitalización de entre 7 y 52 días (promedio de 19 días) con el diagnóstico correspondiente de "esquizofrenia en remisión".


David Rosenhan

La segunda parte del experimento consistió en lo opuesto: Rosenhan se contactó con un centro psiquiátrico asistencial y docente cuyo staff, luego de conocer el experimento previo, se jactó de que su hospital no podría ser susceptible de semejante situación. Entonces, Rosenham planteó a dichos médicos que en un periodo de tres meses, uno o más pacientes simulados se presentarían para admisión y ellos deberían registrar en todos la probabilidad de que lo fueran. De un total de 193 pacientes, 41 fueron considerados como francamente fraudulentos y 42 adicionalemnte como sospechosos. Pero, de hecho, Rosenhan no envió realmente ningún falso paciente. Todos los admitidos en tal centro y durante ese periodo fueron pacientes reales.



Fotograma de One Flew Over the Cuckoo's Nest (1975).


El experimento de Rosenhan, publicado en la revista Science, fue criticado acerbamente desde diversos frentes: se arguyó que que el diagnóstico psiquiátrico, por basarse fundamentalmente en el propio reporte de las experiencias de los pacientes, en presencia de síntomas simulados el diagnóstico erróneo no demostraría fallas en las categorías psiquiátricas por sí mismas -aunque, de hecho, esta crítica no se aplicaría al experimento en que no hubieron pacientes simulados-. Sin embargo, luego de aquel experimento se diligenciaron los aprestos para la redacción del DSM-III. De hecho, Robert Spitzer, chairman del grupo de trabajo para la elaboración de esa nueva edición del DSM fue uno de los más drásticos denostadores del experimento Rosenhan, calificándolo llanamente de pseudociencia. El trabajo antropológico y sociológico con pacientes simulados ha sido objeto, en general, de cuestionamientos muy diversos.

Ahora que las críticas al DSM menudean, habría que recordar el experimento de Rosenhan, pero sobre todo evocar que las nuevas ediciones del manual DSM fueron elaboradas precisamente para superar las falencias y distorsiones del auge psicoanalítico en Norteamérica -largo éxito del DSM-II, sus exiguas 134 páginas y sus llamadas "reacciones" que abarcaban toda la patología mental-, y que los usuarios del DSM, sus buenos o malos aplicadores, sus acólitos, somos, a fin de cuentas, nosotros.


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ENLACE:

The Rosenhan Study: On Being Sane in Insane Places


domingo, 17 de mayo de 2009

Ha muerto Don Carlos Castilla del Pino, el psiquiatra rojo







Carlos Castilla del Pino (1922-2009)

Nos sedujo el título de un libro suyo en formato de bolsillo, hallado en alguna andanza por las ferias: Vieja y Nueva Psiquiatría (Alianza Editorial, 1978). En su oportunidad interpretamos el lema románticamente, como un llamado de continuidad, de herencia y legado, entre la veteranía del Maestro y las nuevas generaciones de cultores de esta rama de la medicina, orgullosos portadores de la flamígera antorcha de la neurociencia y varios gadgets novedosos. Junto a elegantes ensayos de disección psicopatólogica (por ejemplo, La degradación de las estructuras delirantes, detallado análisis y comparación del curso lítico de las delusiones sometidas al electrochoque o al antipsicótico), el artículo que da nombre a la publicación y traemos a cuento, comenzaba con el párrafo que transcribimos:

"Con alguna insistencia se habla, de unos años a esta parte, de que asistimos a una nueva era en Psiquiatría. Quizá lo primero que debiéramos precisar es hasta qué punto los logros evidentes de la Psiquiatría actual, que hacen de nuestra conducta de profesional o de investigador algo cualitativamente distinto a la de hace tan sólo una década, están en verdad inspiradas en un cambio radical de nuestros principios y postulados; o si, por el contrario, tales logros no son otra cosa sino la concreción en hechos de métodos antiguos, aunque sólo ahora circunstancialmente fecundos en forma tal, que hacen verosímil un cambio profundo en el panorama de nuestra ciencia.
Una discusión de esta índole (...) será la única forma de concluir si en realidad estamos ante una nueva Psiquiatría, en el real y profundo sentido de esta palabra. (...) uno puede preguntarse de antemano si la "nueva era" en Psiquiatría, la "nueva Psiquiatría" y frases afines son expresiones rigurosas o si traducen más bien una precipitada y ahistórica descripción del panorama presente". [cursivas del autor]




Un soberbio jalón de orejas. Un proverbial coscorrón de aquellos para poner en su sitio a los pupilos por veleidosos y noveleros. O sea, uno no es "nuevo" únicamente por sus sofisticados aparatos, por sus indescifrables moléculas o por sus crípticos metaanálisis. Debemos saber de qué estamos hablando y, como decían antes, primero aprender "a sonarse los mocos".

Luego adquirimos otros libros de Don Carlos, como La Incomunicación (1971) o Estudios de Psico(pato)logía Sexual (1984), reveladores del amplio abanico de intereses y vocaciones de este Maestro de la Psiquiatría. Y le agarramos camote -así se le llama aquí a cogerle cariño a alguien, será por lo dulce y humilde de este tubérculo- como a un viejo abuelo de lejos, radicado en la Madre Patria -tengo que examinar también esta manía mía de buscarme abuelos por doquier-.





Ahora que ha muerto constatamos en sus reseñas biográficas la integridad de su vida y obra: su postura política, adversaria de la dictadura franquista valióle el apelativo de "el psiquiatra rojo", sufrió postergaciones innumerables por esta causa en su carrera académica, en alguna entrevista despotricó de sí mismo en su rol de progenitor, vivió y murió en decorosa estrechez, siempre en su natal Córdoba, rodeado de los 50 000 ejemplares de su inabarcable biblioteca.

Poco antes de su muerte, Castilla del Pino ofreció la conferencia de clausura del XXIII Congreso de la Asociación Española de Neuropsiquiatría. Allí pasó revista somera a la Psiquiatría del Siglo XX desde su personalísimo y lúcido punto de vista, el artículo es de lujo, y sobre todo su conmovedor final.
Descanse en paz, Don Carlos.


ENLACES:

- Fundación Castilla del Pino.

- Reseñas póstumas y artículos del Maestro en El País.

viernes, 15 de mayo de 2009

HAVIDOL, el revolucionario psicofármaco que estábamos esperando





La neuropsicofarmacología, que hasta la actualidad se ha visto constreñida al mero tratamiento sintomatológico de las diferentes patologías psiquiátricas -ergo, ansiolíticos contra síntomas ansiosos, antipsicóticos contra síntomas psicóticos, etc.- ha llegado finalmente al umbral de la sexta y definitiva revolución psiquiátrica. Asumiendo a plenitud los desafíos contemporáneos de la ciencia médica, la industria farmacéutica ha llegado a producir un medicamento que promete el logro de la felicidad más que sólo la insípida y aburrida paliación de algunos síntomas.





HAVIDOL (Avafynetyme HCl - cuyo lírico slogan es "when more is not enough") es la prometedora droga que acaba de aparecer en el mercado norteamericano y está dirigida específicamente a un padecimiento moderno, de elevadas tasas de prevalencia aunque usualmente soslayado por los profesionales y desconocido por la mayoría de los que lo padecen: en inglés se le denomina Dysphoric Social Attention Consumption Deficit Anxiety Disorder (DSACDAD) y podría traducirse como Trastorno de ansiedad y disforia por déficit de consumo y desatencion social.



El DSACDAD se desarrolla cuando el sistema cerebral de recompensa sufre desajustes, dejando a los que padecen de tales desequilibrios con una emoción desagradable de insatisfacción y frustración al no sentirse "de lo mejor". Aquí HAVIDOL interviene, agonizando la hormona hedonina recientemente descubierta, con lo que se restablece la capacidad de disfrutar los retos de nuestra cultura altamente competitiva y la posibilidad de vivir al máximo con una perenne experiencia de incondicional bienestar. Los fabricantes grafican la psicopatología subyacente y el curso terapéutico en estas reveladoras ilustraciones:


El balance de las tres A restablecido con HAVIDOL


Curva de respuesta al tratamiento con HAVIDOL

HAVIDOL se presenta en tabletas de 20 mg. y supositorios, formas de presentación al gusto de cada usuario. Es excepcionalmente bien tolerado y sin mayores efectos adversos, hasta donde se ha estudiado. Estos son tiempos áureos para la especie humana y la ciencia psicofarmacológica: al fin tenemos en HAVIDOL a la primera droga que transita decididamente el sendero de la psicofarmacología correctiva y cosmética, la "bala mágica" para aniquilar esas sutiles pero insoportables imperfecciones de nuestro estilo de vida contemporáneo.

ENLACE:

HAVIDOL, "when more is not enough".

Personalidad limítrofe (borderline) y la cacareada conducta manipulatoria




"Miedo al abandono, ira, decepción, tendencias suicidas, no hay razón, ninguna razón, ninguna razón..."


Costumbre inveterada de psiquiatras y otros profesionales de salud mental el etiquetar determinadas conductas como supuestamente "manipulatorias" por parte de ciertos pacientes (ciertas pacientes, sobre todo) y luego asumir esto como un criterio fundamental para el diagnóstico de personalidad limítrofe. El hecho es que esta característica de "manipulación" no es recogida entre los criterios diagnósticos ni de la DSM ni de la CIE. Empero muchas veces, entre el fragor de la atención de la miriada de usuarios de servicios de salud, surge como un baldón estigmatizante sin posibilidad apelatoria la ecuación: manipulación = personalidad limítrofe. Sin vuelta que darle. Y este trastorno de personalidad es uno de los más desafiantes y devastadores de la patología caracterológica, ni más menos.

Es menester examinar entonces qué criterios debe cumplir una conducta para ser calificada como manipulatoria, por qué en algunos pacientes un mismo tipo de conducta sí es catalogada de tal forma y en otros no (por ejemplo, en un paciente con esquizofrenia, asumimos que hay una causalidad biológica responsable de su comportamiento y no baldamos su actitud -conducta "patológica"- por más manipulatoria que nos parezca: mientras sí lo hacemos en un supuesto poseedor de personalidad limítrofe -conducta mala, voluntaria, desviada-. Obviamente el término "manipulador" es estigmatizante, ergo, aunque la costumbre y el sentido común nos ofrezcan fáciles respuestas: ¿qué hay de malo con la conducta manipulatoria?, ¿toda conducta "manipulatoria" es siempre disfuncional?, ¿por qué conductas similares en algunas personas las interpretamos de un modo tolerante y hasta halagüeño y no en los llamados limítrofes?, ¿hay un lindero zanjado que separe a las conductas manipulatorias de las que no lo son?



Como refiere Nancy Potter al terminar su artículo, respecto a los principios que adoptamos como referencia para clasificar lo normal o anormal de las patologías que abordamos: "la psiquiatría no está exenta de valores ni debiera estarlo, pero aquellos valores auspiciados deben ser cuidadosa y racionalmente escogidos, no reciclados simplemente a partir de maniqueos estereotipos o desde la objetabilidad de ciertas conductas."



Manipulación y personalidad limítrofe

ENLACES:

- Revisión en The Lancet sobre personalidad limítrofe.

- Neuroimágenes y genética de personalidad limítrofe.

- Sobre el vínculo patológico y la personalidad limítrofe.

- Fenotipo de hipersensibildad personal como núcleo de personalidad limítrofe.

- Y el glutamato también dice yo mismo soy.

- Recordando, a propósito, a Sylvia Plath.

- Reciente entrada de Nietos de Kraepelin, impecable bitácora, sobre personalidad limítrofe.