lunes, 12 de julio de 2010

Más gente cree padecer trastorno bipolar









Los psiquiatras británicos D Chan y L Sireling, reportan en reciente número de The Psychiatrist (que antes fue el Psychiatric Bulletin), el incremento de personas que acuden a consulta con el autodiagnóstico -y la preocupación- de padecer trastorno bipolar.

Refieren asimismo ellos que, en ocasiones, no es una consulta a iniciativa del paciente sino de los familiares quienes, convencidos de haber hallado al fin la explicación a cierta conducta peculiar del alegado paciente, lo llevan a consulta con la presunción de bipolaridad.

Los autores del reporte atribuyen este fenómeno a la masiva difusión de testimonios de algunas estrellas mediáticas acerca de su padecimiento (el trastorno bipolar) -en que se asocia el mal a una cierta imagen de status- y, además, a que el común de personas está actualmente más consciente del curso de su estado de ánimo. Aquí se cita a los  mood swings, expresión coloquial empleada para designar las fluctuaciones normales del humor durante el día y que no constituyen per se trastorno bipolar. (NB: S Nassir Ghaemi, uno de los más proficuos estudiosos del espectro bipolar administra un recomendabilísmo blog precisamente así denominado: Mood Swings).

El asunto -y aquí el  exiguo comentario es nuestro- puede ser visto desde varias perspectivas: por una parte, ciertamente parece haber beneficio en la disminución del estigma, en el hecho de que una persona se sienta motivada a buscar orientación especializada y que este hecho no sea visto como sinónimo de humillación o vergüenza. Por otro lado, es imprescindible que no se caiga en la medicalización de fenómenos que son parte de la existencia común y corriente, pasto a veces de algunos profesionales o instituciones de poco escrupulosas  -o poco sustentadas- conductas -como grafica esta caricatura de Martha Rosenberg:





Hace poco leíamos en el folleto de un cercano congreso internacional de neuropsicofarmacología el slogan que presidirá el evento: 'Trastorno Bipolar: la enfermedad del Siglo XXI'. Muchas lecturas pueden darse de esta escueta frase, desde la más inocente a la más suspicaz. Pero era sólo un folleto publicitario y por tanto no había obligación de declarar conflictos de intereses, obviamente.

Desde un plano más profundo, esto es: en qué medida realmente ha aumentado la prevalencia de trastorno bipolar; si existe un subdiagnóstico o un sobrediagnóstico; si la ampliación del constructo de espectro bipolar es justificada y sobre qué bases, podemos informarnos en el siempre autorizado blog Nietos de Kraepelin, que ha dedicado varias entradas al respecto: Under or overdiagnosing bipolar disorder?; Mistreating residents, Law 180 and overdiagnosing Bipolar Disorder;  Pediatric bipolar disorder in Amish childrenGhaemi vs. HealyPediatric Bipolar? Say it aint so!, entre otras de obligada lectura.

Observaciones no sistematizadas en nuestro medio también reportan a pacientes preocupados por haber entendido que podrían padecer psicosis maniaco-depresiva -el nombre antiguo del trastorno bipolar- pues consideraban que tenían 'la manía de deprimirse' -esto es, fácil variabilidad anímica aunque ello de ningún modo es ya patognomónico de dicho trastorno-. Otras veces el diagnóstico de psicosis afectiva ha sido usado como subterfugio de psiquiatras cautelosos del estigma conllevado por las psicosis esquizofrénicas pero que, hasta cierto punto, también sirve para así propagar el estigma. De hecho, aquí el punto vital sería discutir abiertamente con la familia y con el paciente el uso del diagnóstico como mero etiquetaje y lo trivial de ello, pues una escueta etiqueta diagnóstica usualmente soslaya toda la complejidad humana del fenómeno y de la persona afectada.

Ahora no queda sino aguardar los estudios sobre este  tal vez no tan nuevo fenómeno y confiar en que esta moda no sea considerada parte del espectro en forma de Trastorno Bipolar VII.



ENLACE:

- Psychiatrists identify new phenomenon: 'I want to be bipolar...' , en WebMD.com.



Otras entradas relacionadas en el blog:

- Kay Redfield Jamison habla sobre su trastorno bipolar

- Sherwin Nuland M.D. habla sobre el momento más grave de su vida

- Schumann

- Psiquiatras & 'Big Pharma': ¿somos parte del problema o parte de la solución?

5 comentarios:

Francisco Doña dijo...

No hace mucho comentábamos, estimado Dr. Cruzado, como parece que entre las enfermedades también hay "modas". Y este es el caso -en mi opinión- del trastorno bipolar. En mi modesta experiencia (pero ya próxima a los treinta años) como médico generalista he apreciado un crecimiento exponencial desde aquellos esporádicos casos de "psicosis maníaco-depresiva" a los significativamente frecuentes de trastorno bipolar. ¡Y muchos de ellos "autodiagnósticados"! Coincido, por tanto, plenamente con su exposición.

Permítame que le felicite, además, por los enlaces a otras entradas de este mismo blog. Son excelentes.

Un abrazo.

Lizardo Cruzado dijo...

Gracias, Dr. Doña, por su apreciado comentario. Ciertamente dentro de las distintas y nuevas concepciones de la clásica psicosis maniaco depresiva, hay el elemento de novedad que concita atención y cierta veleidad. Si además contamos a la industria farmacéutica que en algunos países tiene la posibilidad de publicidad directa al consumidor, la circunstancia es inmejorable para este fenómeno que tiene distintas aristas y facetas, todas dignas de amplia consideración. Muchas gracias nuevamente y un fraterno abrazo.

BLUE dijo...

Tu frase "mero etiquetaje" toco profundo dentro de mi...se que tu post es sobre el transtorno bipolar pero no puedo evitar pensar en tus palabras sobre que el poner etiquetas desviartualiza la misma condicion y complejidad humana del paciente...

Antes de mi diagnostico final yo tb fui encasillada como bipolar... y si, Lizardo, tienes razon las etiquetas a veces duelen mucho más que la enfermedad..
me encantaría un post tuyo llamado asi ETIQUETAS..

un SUPER BESO

Lizardo Cruzado dijo...

Asunto de la mayor importancia es éste y que muchos profesionales de la salud mental tomamos a la ligera. En la vida cotidiana nos etiquetamos de buenos o malos, de simpáticos o atorrantes, de deseables o repugnantes, y es penoso que el diagnóstico se empobrezca y quede como mero etiquetado sin abordar más de la compleja persona tantas veces.
Un afectuoso saludo, Blueevangelion, para ti.

Unknown dijo...

Qué buen artículo, es realmente preocupante que la popularidad del término nos lleve a un sobrediagnóstico o a tratamientos irresponsables. Apunto muy bien las referencias bibliográficas y paso a los interesados un enlace en que un buen número de psiquiatras dan información veraz y buenos consejos a quienes sospechen que pueden tener trastorno bipolar: http://puedoser.es/tu-psiquiatra-te-ayuda Un saludo!