"A woman patient in a camisole becomes violent." (Alfred Eisenstaedt—Time/Life Pictures/Getty Images.)
Desde hace algún tiempo la famosa revista norteamericana LIFE ha colocado sus archivos fotográficos en Internet para acceso libre del público. Hay miles de fotografías y crónicas y en medio de los contenidos frívolos de rigor, de interés circunscrito a la ocasión temporal, aparecen reportajes que trasuntan el paso del tiempo y pueden seguir siendo motivo de reflexión para la continuidad de distintos quehaceres humanos y sociales (como la psiquiatría, cuya urdimbre es ineludiblemente su historia).
¿Qué pasaba en 1938? Aún no se desencadenaba la II Guerra Mundial pero el auge de la doctrina nacionalsocialista y fascista era bullente no sólo en países europeos, sino que influía desembozadamente en la política del concierto mundial. Aún no existían los antipsicóticos como la clorpromazina y ese año recién sucedieron las primeras experiencias con la terapia electroconvulsiva (en Italia, por Lucio Bini y Ugo Cerletti).
También se hallaba en boga por aquella época (de hecho en toda la primera mitad del siglo XX) la corriente eugenésica que, si bien no fue un invento propio de los nazis, sí fueron ellos principal exponente de la tendencia más extrema: reclusión, esterilización forzada y aún eutanasia (se calcula que antes del Holocausto judío medio millón de personas con diversos tipos de discapacidad supuestamente hereditaria fueron esterilizadas en la Alemania nazi). En Estados Unidos también hubo, aunque de manera menos desembozada, una política de esterilizaciones hacia personas con discapacidades varias, incluyendo por supuesto las secundarias a trastornos mentales severos.
La tendencia eugenésica más sosegada pretendía limitarse a brindar consejería y orientaciones a las parejas, por ejemplo en su texto de 1929 "Amor, Conveniencia, Eugenesia", el mismo Gregorio Marañón era apodíctico: "No tendremos, pues, la inocente pretensión de intentar someter la fuerza arbitraria y gigante del instinto de la especie a una ordenanza higiénica. Pero sí podemos decir, escuetamente, que no debe casarse quien no esté suficientemente sano" -el subrayado es de Marañón-. Quién debería ser considerado suficientemente sano aguardaba, desde luego, la opinión de la ciencia médica dependiente a los dictámenes de la coyuntura sociopolítica como cualquier producto social. Inclusive Honorio Delgado en su afamado Curso de Psiquiatría, cuyas últimas ediciones datan de la década de 1960, considera un acápite para la eugenesia psiquiátrica dentro del capítulo sobre Higiene Mental y, aunque advierte que "el facultativo, al dar dictamen eugenésico, no impone principios" sí reconoce que ni siquiera la ley de esterilización forzada de 1933 en la Alemania nazi fue suficiente para aniquilar las psicosis endógenas y añade, admonitivo: "cuando ambos contrayentes pertenecen a familias de esquizofrénicos, el matrimonio no es aconsejable".
Las imágenes de la revista LIFE en su antiguo reportaje no se agotan en la contemplación de las camisas de fuerza y las tinas de hidroterapia como testimonios de tiempos supuestamente o felizmente superados. Cuántos de los hombres y mujeres fotografiados hace 74 años en el Pilgrim Hospital de New York se hallaban esterilizados, no se puede colegir desde estas escuetas imágenes. Pero aunque la Bioética surge recién embrionaria luego de la II Guerra Mundial y actualmente estas prácticas se asumen proscritas, no se puede soslayar que en el entramado político y social de los tiempos que devienen no asegura ninguna certidumbre, ni la postura religiosa aún, sino el ojo avizor individual y la conciencia crítica colectiva. Las fotografías de los pacientes asilados en el Pilgrim Hospital State muda e irónicamente nos replican el título del reportaje: "Strangers to Reason / Ajenos a la Razón": ¿Razón, cuál razón? ¿Y quiénes son los ajenos a ella? ¿Los humanos internados en el manicomio o aquellos de afuera que los castraron?
También se hallaba en boga por aquella época (de hecho en toda la primera mitad del siglo XX) la corriente eugenésica que, si bien no fue un invento propio de los nazis, sí fueron ellos principal exponente de la tendencia más extrema: reclusión, esterilización forzada y aún eutanasia (se calcula que antes del Holocausto judío medio millón de personas con diversos tipos de discapacidad supuestamente hereditaria fueron esterilizadas en la Alemania nazi). En Estados Unidos también hubo, aunque de manera menos desembozada, una política de esterilizaciones hacia personas con discapacidades varias, incluyendo por supuesto las secundarias a trastornos mentales severos.
Alfred Eisenstaedt—Time/Life Pictures -Getty Images. (Not originally published in LIFE.)
La tendencia eugenésica más sosegada pretendía limitarse a brindar consejería y orientaciones a las parejas, por ejemplo en su texto de 1929 "Amor, Conveniencia, Eugenesia", el mismo Gregorio Marañón era apodíctico: "No tendremos, pues, la inocente pretensión de intentar someter la fuerza arbitraria y gigante del instinto de la especie a una ordenanza higiénica. Pero sí podemos decir, escuetamente, que no debe casarse quien no esté suficientemente sano" -el subrayado es de Marañón-. Quién debería ser considerado suficientemente sano aguardaba, desde luego, la opinión de la ciencia médica dependiente a los dictámenes de la coyuntura sociopolítica como cualquier producto social. Inclusive Honorio Delgado en su afamado Curso de Psiquiatría, cuyas últimas ediciones datan de la década de 1960, considera un acápite para la eugenesia psiquiátrica dentro del capítulo sobre Higiene Mental y, aunque advierte que "el facultativo, al dar dictamen eugenésico, no impone principios" sí reconoce que ni siquiera la ley de esterilización forzada de 1933 en la Alemania nazi fue suficiente para aniquilar las psicosis endógenas y añade, admonitivo: "cuando ambos contrayentes pertenecen a familias de esquizofrénicos, el matrimonio no es aconsejable".
Las imágenes de la revista LIFE en su antiguo reportaje no se agotan en la contemplación de las camisas de fuerza y las tinas de hidroterapia como testimonios de tiempos supuestamente o felizmente superados. Cuántos de los hombres y mujeres fotografiados hace 74 años en el Pilgrim Hospital de New York se hallaban esterilizados, no se puede colegir desde estas escuetas imágenes. Pero aunque la Bioética surge recién embrionaria luego de la II Guerra Mundial y actualmente estas prácticas se asumen proscritas, no se puede soslayar que en el entramado político y social de los tiempos que devienen no asegura ninguna certidumbre, ni la postura religiosa aún, sino el ojo avizor individual y la conciencia crítica colectiva. Las fotografías de los pacientes asilados en el Pilgrim Hospital State muda e irónicamente nos replican el título del reportaje: "Strangers to Reason / Ajenos a la Razón": ¿Razón, cuál razón? ¿Y quiénes son los ajenos a ella? ¿Los humanos internados en el manicomio o aquellos de afuera que los castraron?
Alfred Eisenstaedt—Time/Life Pictures -Getty Images. (Not originally published in LIFE.)
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ENLACES:
- STRANGERS TO REASON: LIFE Inside a Psychiatric Hospital, 1938.
- Capuano CF, Carli AJ. Antonio Vallejo Nagera (1889-1960) y la eugenesia en la España Franquista. Cuando la ciencia fue el argumento para la apropiación de la descendencia. Revista de Bioética y Derecho, núm. 26, septiembre 2012, p. 3-12. (texto completo PDF)
- La magistral bitácora Imágenes de la Psiquiatría, perenne inspiración y referencia autorizada en la blogósfera sobre iconografía de nuestra especialidad.
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4 comentarios:
La eugenesia en Estados Unidos no fue precisamente disimulada. En 1911 se fundó en Nueva York la Eugenics Record Office, encargada de aplicar las políticas eugenésicas en la población. Inicialmente dirigida hacia las personas con retardo mental y trastornos psiquiátricos severos, las esterilizaciones forzadas se extendieron luego a todos los discapacitados congénitos e inclusive a los delincuentes "natos". Posteriormente se llegó a incluir a grupos raciales considerados "inferiores" bajo el paradigma de la superioridad aria. El número de individuos esterilizados en contra de su voluntad durante las primeras décadas del siglo XX en los Estados Unidos se calcula en 65 mil. Tales políticas fueron aceptadas luego en Suecia y otros países de Europa.
Sin duda que no lo fue tanto, al punto que en las autorizadas páginas de la American Journal of Psychiatry de esos días pueden hallarse interesantes y ardorosos debates sobre el tema, pro y en contra de la corriente eugenésica. No puede soslayarse que el zeitgeist de la época se decantaba mayoritariamente hacia la postura férreamente eugenésica y no es factible estructurar una historia anacrónica, despojada de la perspectiva de aquel tiempo. El mensaje es hacia adelante, desde luego.
Muy reconocido por su visita e ilustrado comentario que honran esta bitácora, Dr. Stucchi.
La eugenesia con su nombre ya ha perdido adeptos, pero haberla hayla.
Basta mirar las cifras de la 'justicia' USA americana para verificarlo. Los 'no aptos' para esa sociedad engrosan las filas de los encarcelados, los recluídos 'por su bien' en instituciones psiquiátricas y todos aquellos, a quienes -por vías económicas- se limita su natural forma de vivir y de reproducirse.
saludos,
Sin duda que el nombre y concepto original de "eugenesia" se hallan agazapados en espera de otra circunstancia histórica, por decirlo así, y lo que traes a colación, Pere, bien merece una reflexión más amplia y crítica que esta escueta entrada, pero muy bien lo has dicho. Gracias por tu comentario.
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