martes, 26 de noviembre de 2013

Cabeceo & neuroimágenes









Reciente entrada en el blog Neuroskeptic reseña el artículo Yendiki A, Koldewyn K, Kakunoori S, Kanwisher N, & Fischl B (2013). Spurious group differences due to head motion in a diffusion MRI study. Neuroimage DOI: 10.1016/j.neuroimage.2013.11.027. En resumen, el mencionado artículo halla una explicación pedestre y prosaica sobre las diferencias en las neuroimágenes que arrojan las personas sanas y aquellas con algún padecimiento: estas últimas moverían la cabeza durante el procedimiento en mayor cuantía a diferencia de las sanas; el estudio se centra específicamente en niños con autismo, en los que los estudios previos de neuroimágenes habían sancionado la existencia de conectividad aberrante de los tractos de sustancia blanca.

En la breve y sustanciosa entrada, Neuroskeptic, uno de los mejores blogs en su género dentro de la lengua de Shakespeare, plantea una sencilla manera de controlar esta variación de la movilidad craneal a fin de que no distorsione los datos: introduciendo los datos de este movimiento en el análisis estadístico final. Lamentablemente, Neuroskeptic señala que la mayoría de autores no incorpora este sencillo artilugio en el procesamiento de sus hallazgos lo que viciaría muchas de sus conclusiones.

Apodíctico, Neuroskeptic apostilla finalmente lo siguiente: "But autism isn’t the only disorder where this might be an issue. My working assumption is that every ‘disease’ group moves more than every ‘healthy’ group – until proven otherwise." Lo que según el Google Translate significa: "Pero el autismo no es el único trastorno en el que esto podría ser un problema. Mi hipótesis de trabajo es que cada grupo de "enfermos" mueve su cabeza más que cada grupo de "sanos" - hasta que se demuestre lo contrario."

¿Qué queda sino mover la cabeza pero asintiendo esta vez?



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2 comentarios:

pere dijo...

Hasta donde conozco no hay ningún (NINGUN) estudio serio respecto al *significado* de las variedades observadas entre las muy atractivas neuroimágenes.
Y no es necesaria la diferencia de movimiento para *lograr* diferencias enntre ellas. Admitiendo que las neuroimágenes reflejan algo de la actividad neuronal, hagamos un experimento imaginario. Se toman dos grupos (pongamos uno cuyos integrantes ostentan la nacionalidad alemana y el otro canadiense), a los unos se les conmina a meterse en ese tubo tan poco seductor con gritos de "metete ahí pedazo de asno que vamos a retratar tus sucias neuronas", y a los integrantes del otro grupo con invitaciones del tipo "muchísimas gracias por su colaboración excelso voluntario; al finalizar puede iniciar el viaje que le hemos organizado como agradecimiento, todos los gastos pagados y estas hurís que harán todo lo posible para hacerle sentir bien"
Sospecho que obtendríamos algunas diferencias entre grupos. ¿Moraleja? ¿Qué estudio hay que garantice no generar diferencias previas? (Más sutiles que las del experimento imaginario, es de suponer)

Aprovecho para agradecerte el tiempo y la atención que dedicas a este blog

Lizardo Cruzado dijo...

Hola Pere: Gracias por tu renovada visita. Las neuroimágenes funcionales tienen un rol solamente en la investigación y malamente podrían traducir de manera directa y eficaz la presencia de un determinado diagnóstico o siquiera de un síndrome. No son las neuroimágenes las que definen o corroboran los diagnósticos, aunque algunos veleidosos ya lo quisieran así.
Cordiales saludos.