martes, 18 de marzo de 2014

Aquellas noches de psicopatología




Afiche de las actividades de la Asociación para el presente año.



De nuestros distantes años de médico residente evocamos con grato sentimiento nostálgico las reuniones mensuales de la Asociación de Psicopatología y Psicoterapia Médica: toda la expectativa que significaba preparar un caso clínico con dos y hasta tres meses de anticipación -el rol era confeccionado a inicios de año-, el hacerlo revisar por los psiquiatras de más nombradía y más cercanos a nosotros, repartir las invitaciones, preparar la asistencia de nuestro paciente y hasta de sus familiares (desplazándolos desde diversos lugares de Lima y aún de provincias), fotocopiar el caso impreso y tenerlo listo para la repartición hasta la gran noche en que todo tendría que salir bien: la lectura nerviosa de la historia clínica, la entrevista al paciente a cargo de alguno de nuestros apreciados maestros y la enjundiosa discusión con los enriquecedores comentarios de los asistentes para mejor discriminar el diagnóstico diferencial y el plan de abordaje terapéutico. Sin duda era toda un experiencia de gran valía el compartir esas experiencias, nosotros los psiquiatras en agraz, con la comunidad de colegas de mayor experiencia y recorrido, cual si esas reuniones fuesen una simbólica vela de armas antes de iniciar nuestro ministerio psiquiátrico.

Deambulando en internet pueden hallarse hasta hoy las páginas electrónicas que en sus no lejanos años tuvo la Asociación de Psicopatología; verbigracia, ésta era su página principal: 


Y ésta la lista de los miembros de la Asociación en ese entonces (si la cuenta no nos falla, son 33):


Y éstas son, fíjense, las programaciones anuales de actividades de los años 2004 y 2005 y 2006, cuando muchos de los residentes de esa época, hoy ya médicos asistentes, fuimos expositores de casos clínicos en la imperecedera experiencia que antes comentábamos.

Debemos reconocer que gracias al empuje y tesón individual del Dr. Guillermo Ladd, uno de nuestros últimos maestros, la Asociación siguió subsistiendo, pero la indolencia de todos, incluyéndonos, ha propiciado que ese importante cenáculo dejara de convocarse por algún tiempo. Éste ha sido uno más de los foros que, ajenos a las prestigiosas neurociencias y catecismos psicofarmacológicos, hemos dejado languidecer y exanguinarse lentamente; solo como un ejemplo, en el año 2013, cuando se cumplieron 100 años de la primera edición de la Psicopatología General de Jaspers, aquí en el medio local no se organizó ni un mínimo simposio a propósito de la efeméride.

Por triste añadidura, hurgando en nuestra propia llaga constatamos que no existe en el medio local una agrupación colectiva de trabajadores de la salud mental que trascienda los límites corporativos de uno u otro cuerpo profesional o técnico... entonces es perentorio preguntarse: ¿estamos priorizando nuestros intereses o los de nuestros pacientes? ¿Hemos dejado triunfar arrasadoramente cierto solipsismo fiduciario en nuestras vidas? ¿Nuestra meta como profesionales "liberales" se agota en la vivienda mesocrática y el carro del año y el viaje a congresos del exterior auspiciados por la industria? ¿En qué momento el "sálvese quien pueda" llegó a ser emblema de nuestros blasones más atesorados?

Ahora, a despecho de nuestras limitaciones,  un grupo de colegas -antiguos residentes que velamos armas en su seno- hemos decidido reanimar y empujar a una nueva andadura a la Asociación de Psicopatología y Psicoterapia Médica: si podemos mantener encendida esa llama vivificante que alumbró un día nuestras épocas aurorales de residentes, más allá de lo meramente neurobiopsicofarmacológico -que es importante, sí, pero que no lo es todo en la formación y entraña de los psiquiatras-, habremos cumplido con un legado que hemos decidido revalorar y atesorar, del que seguramente no somos dignos, pero que esperaba una reivindicación, talvez insuficiente, pero urgente...






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