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Revuelo ha causado la declaración de Tom Insel, director del Instituto Nacional de Salud Mental de los Estados Unidos (NIMH) acerca de que la flamante 5ª edición del Manual de Clasificación de las Enfermedades Mentales de la Asociación Psiquiátrica Americana (DSM, por sus siglas en inglés) no deberá ser más considerada como la "Biblia" de la psiquiatría sino a lo sumo como un "diccionario", que enumera y define una serie de etiquetas diagnósticas logradas meramente por consenso. El Dr. Insel ha informado que, a nivel de la instancia que encabeza, ven con desaliento que la clasificación DSM siga estableciéndose del modo descrito y que aspiran vivamente a que se alcance la clasificación de los trastornos mentales en base a sus respectivas etiologías, porque es lo que los pacientes merecen y no lo actual: una escueta descripción de síntomas sin más.
Para ello, y avizorando con optimismo los hallazgos de las investigaciones neurobiólogicas en los campos de la genética, la neurofisiología, la psicología cognitiva y la neuroimagenología, el NIMH propone la adopción de una matriz para estudiar y clasificar los trastornos mentales en base a los incipientes conocimientos de sus etiologías. Remarcan el hecho de que este conocimiento es aún precario pero plantean que no podrá progresarse en él si se sigue haciendo investigación en base a los criterios del DSM, es decir, asumiéndolos como el estándar de oro. A esta matriz propuesta se la ha denominado Criterios de Dominio para Investigación (Research Domain Criteria - RDoC) y es explícito que no se han diseñado para el diagnóstico clínico actual (vale revisar detenidamente el enlace y subenlaces).
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Distintas han sido las reacciones de la opinión especializada, desde aquellos que se regocijan viendo en esta noticia la supuesta acta de defunción de la clasificación norteamericana de los trastornos psiquiátricos, hipotética fuente de todos los males de la psiquiatría actual, hasta aquellos que ven en la propuesta del NIMH el prematuro nacimiento de un diagnóstico basado en sólo tentativos hallazgos neurobiológicos con el riesgo de "tratar" únicamente anomalías de laboratorio o de imágenes cerebrales. Ni lo uno ni lo otro, el psiquiatra crítico Duncan Double sorprendentemente es quien pone el comentario ponderado: "we should welcome NIMH re-orientating its research away from DSM categories. It may actually be progress if this means funding research on patients without relying on diagnostic criteria."
Sea bienvenido siempre el disenso, sobre todo si es meditado, concienzudo, y con miras a la apertura. Ya era aburridamente monocorde lo del DSM y sus criterios de cocina que esqueletizaban la práctica psiquiátrica, sobre todo en medios como el nuestro, muchas veces hoy rural provincia de la psiquiatría norteamericana. Como lo advierte cualquier residente en sus primeras semanas de formación -a despecho de que no se lo quieran decir explícitamente quienes abogan porque los criterios del DSM sean aprendidos de memoria-, lo que importa en principio es precisar fina y detenidamente los síntomas mentales de nuestros pacientes antes que desbarrar sobre si un paciente "cumple o no cumple criterios del DSM". Así lo grafica una cita de Berrios en un anónimo comentario a la nota de D. Double: "crucial moment of diagnosis is not really the putting of signs and symptoms together in some cluster or other but in the recognition of symptoms and signs. However old fashioned this claim may sound today, I firmly believe that there in lies the future of research in psychiatry and that it is only a matter of time before American Psychiatrists change their mind. Once they have done so, psychopathological research will become respectable and everyone will follow."
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ENLACE:
- Muy recomendable post de Philip Thomas: Why Neuroscience Cannot Explain Madness en esta página igualmente valiosa de ser revisada: MAD IN AMERICA.
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Sí que está causando revuelo, por aquí, en España, hace ya tiempo que el DSM-V se mira con excepticismo desde muchos sectores. Lo que ya te he comentado en otros sitios, el paradigma clásico de la psicopatología está haciendo aguas, está en nuestras manos ver porqué conseguimos sustituirlo.
ResponderEliminarPersonalmente abogo por las personas, entender a cada persona por separado sin etiquetas lleva más tiempo, pero a la larga se le puede prestar una ayuda más efectiva al ser "personalizada". Tantas clasificaciones diagnósticas nos hacen ver más a la etiqueta que a la persona y sin persona no hay PSI que valga.
Un saludo.
Concuerdo contigo, Félix, en que se ha suscitado una lamentable tendencia a empobrecer el trabajo psiquiátrico en base a cierto etiquetaje diagnóstico que desplaza del centro de la comprensión al ser humano y además se ha sobredimensionado la perspectiva neurobiológica, pues no todo puede reducirse a ella. La perspectiva pluralista de Ghaemi parece ser ponderada y sensata:
ResponderEliminarhttp://www.nassirghaemi.com/the_concepts_of_psychiatry__a_pluralistic_approach_to_the_mind_and_mental_illnes_106178.htm
Se ha intentado revertir la problemática que te comentaba con iniciativas desde la Asociación Mundial de Psiquiatría:
http://desdeelmanicomio.blogspot.com/2010/12/psiquiatria-centrada-en-la-persona.html
pero ante la poderosa APA parece ser, por valiosa que sea, una discreta iniciativa.
Recién se ha pronunciado también la División de Psicología Clínica de la British Psychological Society ante el inminente DSM-5:
http://www.madinamerica.com/2013/05/psychiatrists-under-fire-in-the-uk-does-mental-illness-really-exist/
Todo lo que sea polémica y discusión, sobre todo ante un tema de tal envergadura, es bueno, seguiremos atentos la controversia.
Gracias por tu comentario.