Ésta no es una máquina de hacer esquizofrénicos. (Fuente) |
Reciente artículo intitulado "Simple Viewing Tests Can Detect Eye Movement Abnormalities That Distinguish Schizophrenia Cases from Controls with Exceptional Accuracy" (tradúzcase como 'Una sencilla prueba de movimientos oculares puede detectar fiablemente anomalías que diferencian a sujetos con esquizofrenia de controles sanos') y que aparece en número reciente de la revista Biological Psychiatry, cumple con informarnos de una aparentemente prometedora técnica auxiliar en el diagnóstico del "símbolo sagrado de la psiquiatría", es decir, la esquizofrenia.
Sabido es desde inicios del siglo pasado que las personas con diagnóstico de esquizofrenia presentan peculiaridades en sus movimientos oculares sacádicos: estos movimientos son los pequeños desplazamientos que el globo ocular ejecuta al seguir un objeto que se desplaza y permiten mantener en el centro del campo visual al estímulo perceptivo.
En el estudio que reportan Benson y cols. se compararon 88 personas con diagnóstico de esquizofrenia respecto a 88 personas sin diagnóstico de enfermedad mental. La evaluación de sus movimientos oculares se efectuó con un aparato (EyeLink) que grababa en video los movimientos oculares que se detectaban mediante seguimiento del reflejo de rayos infrarrojos ad hoc y luego un procesador informatizado mensuraba y discriminaba las diferencias y semejanzas.
Las sutilezas estadísticas de la sensibilidad, la especificidad, el valor predictivo positivo y negativo en el trabajo que comentamos dan indicio de una interesante aproximación de validez diagnóstica, es decir, una coincidencia considerable entre los individuos que son diagnosticados clínicamente con aquellos que el dispositivo de marras discrimina.
Por supuesto se trata de un trabajo preliminar que requerirá numerosas revisiones y replanteamientos (pues las alteraciones en los movimientos sacádicos no son exclusivas de las personas con esquzofrenia sino que se hallan en otras patologías neuropsiquiátricas). Pero reabre a su vez la controversia sobre el objetivo laragamente acariciado de poder diagnosticar en psiquiatría con otras herramientas auxiliares a la clínica como hasta ahora sucede.
Debemos subrayar el vocablo "auxiliares" pues en general todos estos procedimientos (incluyendo el que comentamos) no son elementos de primacía diagnóstica (la piedra angular en psiquiatría es la clínica pero también en la mejor praxis de otras áreas de la medicina). Inclusive, la utilidad inmediata de este dispositivo discriminador de movimientos sacádicos sería el estudio de endofenotipos de la esquizofrenia (los endofenotipos corresponden a las alteraciones en las funciones bioquímicas, neurofisiológicas, neuroanatómicas o cognitivas, que están determinadas por factores genéticos y ambientales y que en conjunto muestran los procesos fisiopatológicos subyacentes a la enfermedad, y son la expresión de la vulnerabilidad. Por lo tanto, su presencia indica un riesgo aumentado de manifestar la enfermedad.)
Malhaya fuera que dentro de poco aterrice por estos lares extraviados de la mano de Dios este dispositivo como "novedad diagnóstica producto del avance de la tecnología" y se aplique desaforadamente y sin justificación concluyente. El tratamiento en psiquiatría es sintomático y en el mejor de los casos, sindrómico, es decir, más que basarse en la etiqueta diagnóstica -que puede ser útil ya para el pronóstico-, se dirige al abordaje de los síntomas existentes y tras un sopesamiento detenido del caso y su complejidad. Contribuir prematuramente a sacralizar las etiquetas diagnósticas con la alegada autoridad científica de un "examen objetivo y computarizado" no parece ser la perspectiva adecuada para un tema delicado como los problemas de salud mental. Sería terrible que este adminículo acabe convertido en la ominosa maquinita que el título irónicamente fabula.
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Otras entradas relacionadas en este blog:
- Mistificaciones del SPECT (o el nuevo Gall)
- ¡Circuitos!
- Cuando los japoneses cambiaron el nombre de la esquizofrenia
En el estudio que reportan Benson y cols. se compararon 88 personas con diagnóstico de esquizofrenia respecto a 88 personas sin diagnóstico de enfermedad mental. La evaluación de sus movimientos oculares se efectuó con un aparato (EyeLink) que grababa en video los movimientos oculares que se detectaban mediante seguimiento del reflejo de rayos infrarrojos ad hoc y luego un procesador informatizado mensuraba y discriminaba las diferencias y semejanzas.
Las sutilezas estadísticas de la sensibilidad, la especificidad, el valor predictivo positivo y negativo en el trabajo que comentamos dan indicio de una interesante aproximación de validez diagnóstica, es decir, una coincidencia considerable entre los individuos que son diagnosticados clínicamente con aquellos que el dispositivo de marras discrimina.
Por supuesto se trata de un trabajo preliminar que requerirá numerosas revisiones y replanteamientos (pues las alteraciones en los movimientos sacádicos no son exclusivas de las personas con esquzofrenia sino que se hallan en otras patologías neuropsiquiátricas). Pero reabre a su vez la controversia sobre el objetivo laragamente acariciado de poder diagnosticar en psiquiatría con otras herramientas auxiliares a la clínica como hasta ahora sucede.
Debemos subrayar el vocablo "auxiliares" pues en general todos estos procedimientos (incluyendo el que comentamos) no son elementos de primacía diagnóstica (la piedra angular en psiquiatría es la clínica pero también en la mejor praxis de otras áreas de la medicina). Inclusive, la utilidad inmediata de este dispositivo discriminador de movimientos sacádicos sería el estudio de endofenotipos de la esquizofrenia (los endofenotipos corresponden a las alteraciones en las funciones bioquímicas, neurofisiológicas, neuroanatómicas o cognitivas, que están determinadas por factores genéticos y ambientales y que en conjunto muestran los procesos fisiopatológicos subyacentes a la enfermedad, y son la expresión de la vulnerabilidad. Por lo tanto, su presencia indica un riesgo aumentado de manifestar la enfermedad.)
Malhaya fuera que dentro de poco aterrice por estos lares extraviados de la mano de Dios este dispositivo como "novedad diagnóstica producto del avance de la tecnología" y se aplique desaforadamente y sin justificación concluyente. El tratamiento en psiquiatría es sintomático y en el mejor de los casos, sindrómico, es decir, más que basarse en la etiqueta diagnóstica -que puede ser útil ya para el pronóstico-, se dirige al abordaje de los síntomas existentes y tras un sopesamiento detenido del caso y su complejidad. Contribuir prematuramente a sacralizar las etiquetas diagnósticas con la alegada autoridad científica de un "examen objetivo y computarizado" no parece ser la perspectiva adecuada para un tema delicado como los problemas de salud mental. Sería terrible que este adminículo acabe convertido en la ominosa maquinita que el título irónicamente fabula.
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El aparatito de marras consigue una "near perfect accuracy at 98.3%"
ResponderEliminarNo deja de ser sorprendente tan perfecta detección de algo que todavía no se ha definido con precisión (los diagnósticos efectuados por diferentes clínicos no alcanzan -ni de lejos- tan alto nivel de acuerdo)
La pregunta, entonces, es ¿qué es lo que mide ese test con tanta precisión?
saludos,
Se me ocurre también preguntarme, como al acaso, si tales movimientos oculares, típicos al parecer de estas y otras "enfermedades neuropsiquiátricas", se producen antes o después de estar la persona bajo tratamiento farmacológico. Para todo lo demás, coincido con el amigo pere.
ResponderEliminarSaludos.
Es que depende del sistema de referencia con que se trabaje, si regulo mi dispositivo en base a ese sistema de referencia, podrá alcanzar concordancia importante pero dentro de ese sistema de referencia. Lo riesgoso es que supuestamente este dispositivo "objetivo" sea visto como un ente autónomo capaz de diagnosticar desde la "hard science" y eludir todo el rollo de disquisición y polémica diagnóstica.
ResponderEliminarSaludos, Pere, gracias por tu comentario.
La descripción de las anomalías de los movimientos sacádicos data de la época antes de la introducción de los antipsicóticos. Y sí, en los trabajos se controla la variable uso de antipsicóticos. Cordiales saludos, Paula.
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