Comentábamos hace poco el trabajo de Pescosolido y cols. "A disease like any other"? a decade of change in public reactions to schizophrenia, depression, and alcohol dependence. (Am J Psychiatry 2010; 167: 1321–1330), en el que se obtuvieron hallazgos particularmente interesantes pues, en contra de lo frecuentemente aceptado, a mayor conocimiento en la población sobre las bases neurobiológicas de la enfermedad mental, no se verificó un proporcional decremento de la estigmatización traducida en rechazo social y percepción de peligrosidad hacia los portadores de patologías psíquicas -de hecho, más bien, a mayor conocimiento de dicha neurobiología, se halló mayor tendencia al estigma-.
Se ha publicado en el número de noviembre del American Journal, junto con la publicación definitiva del artículo de Pescosolido, un editorial al respecto (Goldman HH. Progress in the Elimination of the Stigma of Mental Illness. Am J Psychiatry 2010; 167:1289–1290). El autor aquí rompe denodadas lanzas en pro del paradigma biológico y plantea la explicación del porqué de los hallazgos previos.
Para el editorialista, el quid radicaría en que las viñetas clínicas sometidas a evaluación para el público no muestran explícitamente la mejoría de los pacientes sometidos a tratamiento psicofarmacológico. Según Goldman, el estigma realmente estaría dirigido hacia los síntomas activos de los pacientes y debiera desaparecer cuando, gracias a los medicamentos, dichos síntomas desaparecen. Misericordiosamente, el editorialista reconoce la dificilísima tarea, implícita en su hipótesis, de poder separar síntomas y personas que los sufren. Tampoco lo dice pero el corolario es evidente: cuando todos los pacientes estén medicados y sin síntomas, se habrá acabado el estigma de la faz de la tierra. Ni más ni menos.
Viene a cuento aquí citar el comentario en el blog de Robert Whitaker acerca de este tema, desde el post The succesful creation of a societal delusion... and the increase in stigma it has spawned:
"(...) it is easy to see why the chemical-imbalance story leads to negative attitudes about people struggling with mental illness. It tells the public that people with a psychiatric diagnosis have "broken brains," and that their moods and behaviors are governed by faulty brain chemistry. This is an understanding that separates the "mentally ill" from the rest of society. The "mentally ill" are different from "us."
"Now imagine what societal attitudes might be if the public were told that the biological causes of major psychiatric disorders remain "unknown" (which would be a scientifically accurate message.) That conception of mental illness suggests that it may be possible for anyone -- faced with certain environmental stresses or setbacks in life -- to suffer a severe bout of psychiatric distress. Readers of Shakespeare might sum it up this way: To be human is to have the capacity to go "mad." That is an understanding of "mental illness" that evokes a sense of our common humanity, and a sense of a shared vulnerability to mental suffering."
["Es fácil advertir porqué el discurso del disbalance químico cerebral lleva a actitudes negativas hacia las personas que padecen enfermedades mentales. Esta perspectiva informa que la gente portadora de diagnósticos psiquiátricos tiene 'cerebros desarreglados', y que sus estados de ánimo y conductas son gobernados por una deficiente química cerebral. Esta concepción separa a los 'enfermos mentales' del resto de la sociedad, o sea, 'nosotros.'"
"Ahora imaginemos lo que serían las actitudes de la sociedad si dijésemos al público que las causas de las enfermedades mentales, biológicamente hablando, permanecen aún cabalmente desconocidas (lo que sería científicamente más objetivo y correcto). Esta perspectiva específica sugerirá que es posible para cualquiera de nosotros, enfrentado con determinadas dificultades ambientales o sinsabores de la vida, llegar a sufrir un brote de alguna enfermedad psiquiátrica importante. Quienes han leído a Shakespeare podrían resumirlo así: Ser humano es tener la capacidad de 'enloquecer'. Esta sería una comprensión más auténtica de la 'enfermedad mental' y abarcativa de la condición humana, inevitablemente vulnerable para el sufrimiento de la psique."]
Hasta aquí la cita de Whitaker. Pero Goldman insiste. Para él, los autores exageran la capacidad estigmatizante del paradigma neurobiológico de la enfermedad mental ("...but they may overstate the likelihood that such an approach will be stigmatizing.")
Mmm... ¿Is that so, Dr. Goldman?
O traduciendo mas y mejor: cualquiera puede sufrir en su vida circunstancias tan adversas que acabe absolutamente desesperado. Y como cada cual manifiesta la desesperación a su forma, algunas de esas manifestaciones podrían entenderse como perder la cordura.
ResponderEliminarDa la impresión que el Dr. Goldman quiere hacer honor a su apellido aviniéndose con esas empresas en cuyo favor está hablando.
Saludos.
Quizás el paradigma biológico tiene más capacidad de llegar a la población general porque les sume en la dulce sensación de que los locos son los otros, los de los cerebros estropeados, y no ellos.
ResponderEliminarIncluso el propio paciente comulga con esta explicación y así se desresponsabiliza él mismo y a su entorno de su devastador malestar.
Lo que no llego a comprender es como algunos profesionales se empeñan en afirmar categóricamente que la base biológica de las enfermedades mentales es incuestionable.
Un abrazo, Lizardo.
Esther.
"Ser humano es tener la capacidad de enloquecer". Me ha encantado. Me recuerda otra cita más psicoanalítica pero igualmente reveladora de que la frontera de la psicosis está más cerca de lo que pensamos, tal vez más de lo que querríamos, posiblemente bastante lejos de demostraciones de "cerebros químicamente desarreglados".
ResponderEliminarLa cita decía que la psicosis es el precio que paga el ser humano por el lenguaje.
Un saludo.
y eso hace que menos gente quiera hacerse tratar por enfermedades mentales porque queda en su expediente médico y eso lo pueden revisar los empleadores. como son "inestables" -para no emplear otras palabras- los descalifican para todo
ResponderEliminartengo un amigo que ya no puede dar ni la mano a sus amigos más cercanos, -por evitar los microbios de otra gente- no toca las puertas, para abrir o para cerrarlas, usa los pies; se lava como cien veces las manos y cuando sale se pasa horas asegurando la puerta, las ventanas, se regresa varias veces para asegurarse si lo hizo bien y en ocasiones hace que lo regresemos a su casa porque no se acuerda de haber apagado todos los fogones de la cocina. jamás acepta que precisa ayuda siquiátrica y con lo que acabas de informarnos, lo comprendo más que nunca
triste, por decir lo menos
Al Dr. Goldman lo convocaron adrede para ponerles su 'estate quieto' a los autores del estudio pero qué inanes malabarismos tuvo que usar, ¿eh?
ResponderEliminarSaludos, Jesús.
Yo creo, Esther, que entre varias cosas, nos da un supuesto prestigio revestir nuestras explicaciones con la vitela 'neurobiológica' -como en su época fue la vitela psicoanalítica-, y esto nos alborota y nos despeina. Pero Leon Eisenberg lo dijo claramente:
ResponderEliminar"El cuidado de las personas severamente enfermas debiera haber sido el centro de atención de nuestras carreras profesionales, la defensa de los derechos de estas gentes debiese haber sido nuestro rol como ciudadanos. Pero en vez de ello nos hemos enfrascado en debates solipsistas acerca de cerebro versus mente, psicoterapia versus fármacos o genes versus medio ambiente. Preocupados por nuestras teorías y por nosotros mismos, hemos abandonado a nuestros pacientes más desamparados."
Lo otro que mencionas acerca de la postura que considera casi exentos de cualquier voluntad a los padecientes por el hecho de tener una base neurobiológica de su mal, ciertamente es cuestionable y hasta nociva.
Un cordial saludo, Esther.
Todo un tema este, amigo Jose, sin duda que un fenómeno tan amplio y complejo como la enfermedad mental -inalienablemente humano-, no puede ser circunscrito tan maniqueamente a lo neurobiológico. Pero hay muchos intereses en juego para ello. La frase que mencionas es muy sugestiva y Crow la complica un poco más:
ResponderEliminarhttp://bjp.rcpsych.org/cgi/content/full/192/4/289
Muchas gracias por tu comentario.
Gran problema éste del estigma, Necia, en contextos como el laboral y sí, muy penosa la situación que nos cuentas de este amigo tuyo.
ResponderEliminarSaludos.
Coincidiendo con el padecimiento en España de la visita de Rat Zinger, me dio por pensar que la antítesis clásica religión-ciencia ya no se sostiene: todos disfrutan resistiéndose a la realidad como gato panza arriba (bueno, con mayor precisión, son sus Representantes En La Tierra S.A. : ¿o serán sus cerebros?. Si no fuera triste sería divertido).
ResponderEliminarPues así dicho, amigo Gustavo, cómo negarlo. Es preocupante y ojalá sea una fase solamente en la ciencia -fase que en la historia puede abarcar siglos y siglos, penosamente-.
ResponderEliminarA ver cómo discernimos. Un grato saludo.
El estigma no resulta solo del avance de la ciencia. Hay muchos factores sociales implicados y las ciencias exactas o con tendencia a ser exactas no pueden abarcarlos (salvo si somos psico-historiadores como en las novelas de Asimov). El neuro psiquiatra que descubre las fallas biológicas en el cerebro del enfermo mental no tiene como objeto condenarle al ostracismo. Pero el prejuicio acumulado y una severa tendencia a la mística y a la ignorancia que parece dominar la opinión pública actual, pueden hacerlo.
ResponderEliminarEs que la ciencia no existe fuera de una circunstancia ni es aséptica, Tony. Por supuesto, es válido que se estudie toda la neurobiología pero desde la clínica no se puede pretender que el síntoma mental sea agotable por la neurobiología. Y de hecho que hay diferencia entre una agnosia y una adjudicación de significados adventicios en cuanto a la facilidad de hallar su sustrato. Reduccionismos, por soporte científico que tengan, son reduccionismos. Gracias por tu comentario, amigo Tony.
ResponderEliminarAcabo de leer tu entrada. No sabía de este estudio y el que estamos preparando se parece en algo.
ResponderEliminarCreer que el estigma va a disminuir sólo con el hecho de saber que las enfermedades mentales tienen una base biológica es exagerado, porque como sabemos el estigma es aquella "marca" que diferencia al enfermo y al sano. Precisamente estamos alimentando, de alguna manera, que somos diferentes.
Un paralelo es la infección por VIH. Desde el reporte de los primeros casos hasta ahora se han ido esclareciendo los mecanismos de contagio, sin embargo hay una gran cantidad de personas que siguen siendo estigmatizadas.
Es bueno reconocer que los problemas mentales ameritan tratamiento y no son producto de variables mágico-religiosas, pero de ahí a pensar que consiguiendo ese reconocimiento se acabará el estigma es muy osado.
Si queremos que haya más apertura a los problemas de salud mental, las soluciones propuestas deben ser mucho más abiertas.
yo como paciente he sentido el estigma social, la gente se aleja de uno sin razon alguna, por ejm con antiguos ex compa'neros de estudios ya no quieren ni conversar con uno y no me quieren ni aceptar como amigo en el facebook (de las cosas que mas me ha dolido) y la verdad yo nunca les he hecho nada, ni les he dicho nada, ni les he faltado en nada; no entiendo como a pesar de no tener sintomas positivos hace muchos años lo discriminan a uno.
ResponderEliminar(si tienen tiempo pueden visitar mi blog http://mentebrillante7.wordpress.com
El estigma...afecta de manera transversal y la causa es multifactorial, es tan complejo que algunos psiquiatras dicen que es un invento de Psicólogos y de las asociaciones(pacientes y familiares)...el camino no es insistir en buscar la causa de las enfermedades mentales, claro que ayuda, pero se acertaría con el Tto.? disminución de síntomas? no habrían enfermos? se seguiría viendo al "paciente mental = violencia= diferente= los otros"...o es que la homosexualidad (actualmente normalizada)se ha tenido que demostrar su causa...NO. La lucha es social no biológica.
ResponderEliminarSaludos Lizardo, un placer tu Blog
Hilari
Concuerdo contigo Martín, pero creo que de hecho necesitamos abrir más el campo en cuanto a la consideración etiológica de los trastornos mentales. El paradigma neurobiológico ha sido sobreenfatizado y ello es precisamente, justamente, más estigmatizante, sin que sea ese paradigma excluyente e infalible en su verdad. Aguardamos los resultados de tu proyecto. Saludos.
ResponderEliminarHola mentebrillante7: Gracias por tu testimonio que efectivamente confirma lo mencionado. No es un asunto que se reduzca a síntomas que se tratan, esto del estigma. Felicitaciones por tu blog, es una muy buena iniciativa. Sigue adelante. Mi más cordial saludo y apoyo desde aquí.
ResponderEliminarComo siempre, gracias Hilari, por tu cordial visita y comentario. El parangón que haces con la homosexualidad no deja de ser sugerente para vislumbrar este panorama del estigma. Un afectuoso saludo.
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