"El 'medicamento' más frecuentemente utilizado en la práctica médica
general es, con mucho, el propio médico."
M Balint
Habráse notado que en este blog se experimenta cierta debilidad por las figuritas: profusión de ellas adornan las diversas entradas vengan o no cabalmente a cuento. Hoy, buscando alguna para exornar otros textos me encontré con esta litografía inglesa de 1852. La imagen ('The Mesmeric M.D.') lleva como subtítulo 'A mesmeric physician taking advantage of his female patient' y el texto de la viñeta -supuestamente lo que musita el médico mesmerista- reza más o menos así: 'Gloriosa práctica es ésta del mesmerismo pues nos otorga tanto poder sobre la imaginación del paciente... ah, qué berenjenal de goces. El público se halla en babia completamente respecto a la verdadera causa de las enfermedades de modo tal que los doctores mesmeristas podemos imponer cualquier cosa a la gente. (...) ¡Hurra por la confusión y el misterio en medicina!'
Pero aunque el mesmerismo -protoprecursor de la hipnosis- es hoy extravagancia fosilizada de la historia de la ciencia, no lo es tanto cierta percepción pública respecto a algunos médicos y muy bien graficada en esta lámina italiana de 1699:
Pero aunque el mesmerismo -protoprecursor de la hipnosis- es hoy extravagancia fosilizada de la historia de la ciencia, no lo es tanto cierta percepción pública respecto a algunos médicos y muy bien graficada en esta lámina italiana de 1699:
Apréciese como los sofisticados procedimientos de aquellos tiempos -sangrías- drenaban no sólo el líquido hemático de la gente sino también sus monedas y dinero a más y mejor, en la satírica visión del artista.
La representación de la enfermedad y la búsqueda de la salud ha sido motivo central del imaginario cultural del hombre en todas las épocas. Y así se han plasmado representaciones de conductas de médicos y de pacientes de toda índole, en toda circunstancia, con todas las grandezas y también todas las flaquezas posibles. Entre otros, y más allá de los entresijos estrictamente pedestres, un común denominador subsiste: la angustia del hombre ante la enfermedad y la posible muerte, aquel trance que hermana a todos pero que impone mayor deber y exigencia al que ha escogido el rol de médico. Véase este óleo muy expresivo denominado 'Patients waiting to see the doctor, with figures representing their fears' (Pacientes esperando al médico, con figuras que representan sus temores) de autoría de Rosemary Carson (1997):
Por supuesto, si se trata de evocar a los familiares álbumes de cromos de la infancia y siguiendo con la analogía, estas serían solo tres escasas figuritas. Faltan muchas más sobre tantos otros aspectos y experiencias de la medicina; y de los coleccionistas, claro está, depende que hayan figuritas que no se repitan -como las dos primeras-. Queremos quedarnos aquí con esta imagen sugestiva, cautivante, -a los cromos más preciados de conseguir para llenar el álbum se los llamaba 'claves'- denominada Medicine Man.
Medicine Man no es el nombre de un fatuo súper héroe con poderes de viñeta de cómic, como pudiese parecer por la desinencia, no. Se denomina Medicine Man al curandero tradicional de América indígena -lo que en partes varias de Sudamérica se llama chamán- . Es interesante que en este apelativo (Medicine Man) se rescate a la totalidad del hombre, al menos como palabra, para alegóricamente ligarlo al otro vocablo: medicina, en íntima y reveladora composición. No doctor, ni especialista, ni superespecialista, ni una sigla ni una gollería honorífica: simplemente Medicine Man: digamos que en nuestro álbum ésta es la figurita clave.
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ENLACE:
- Y para colectar otras figuritas del álbum, acceda al muy recomendable archivo Wellcome Images y a la exposición Medicine Man.
o curandero/a, ¿no?
ResponderEliminarpienso que debemos probar de todo, pero mantener el ojo siempre atento. de todo hay en las viñas del Señor
ya habías dicho "curandero" y yo sólo leí "chamán" (mucha distracción). disculpa
ResponderEliminarMuy bueno el archivo de imágenes Lizardo. Hay una ilustración de prótesis de miembro inferior diseñadas por Ambrosio Paré en el siglo XVI, que particularmente me ilustró mucho, debido que soy un modesto estudioso de los principios de la amputación.
ResponderEliminarContinúa regalándonos diariamente con tus entradas que siempre abarcan tópicos de interés para múltiples tipos de lectores.
Julio César Vejarano.