La dismorfofobia, cuya denominación actual es trastorno dismórfico corporal, consiste en la preocupación persistente y exagerada por un defecto corporal inexistente o muy leve, al punto que tal penuria llega a ser fuente de sufrimiento y alteración notable de la funcionalidad del individuo sufriente. Tal es la definición al uso actualmente. 'By proxy', expresión del idioma inglés que puede traducirse como 'por poder', es una denominación que se aplica en psiquiatría usualmente a cierta variante del trastorno facticio donde la producción intencionada de síntomas o signos de enfermedad se ejecuta en otro individuo relacionado cercanamente. Un interesante cuestionamiento a la diversidad de casos que son diagnosticados como trastorno facticio 'por poderes' se encuentra en este artículo de Meadow R. (Arch Dis Child 1995; 72: 534–538) quien acuñó el término en 1977, y este otro de Fisher y Mitchell que incluso interrogan Is Munchausen syndrome by proxy really a syndrome? (Arch Dis Child 1995; 72:530-4).
Laugharne y cols reportaron en 1998 un caso que denominaron de trastorno dismórfico corporal 'by proxy': una mujer que se producía abortos pues temía que las criaturas heredasen determinados rasgos faciales de sus progenitores además que era influida poderosamente en estas consideraciones por su madre. No reportan sintomatología psicótica de la paciente en su escueta publicación. Es un caso realmente desconcertante, donde adicionalmente a la psicopatología individual cabría reparar en la interacción familiar, el grado de diferenciación intelectual y, obviamente, la evolución y seguimiento del caso.
La bibliografía sobre trastorno dismórfico corporal ha incrementado explosivamente en los años recientes. Indudablemente hay pacientes con el síntoma de dismorfofobia -de hecho, Taylor y Vaidya en su reciente texto Descriptive Psychopathology insisten en que no se trata de un trastorno sino solamente de un sintoma- pero la diversidad de presentaciones y comorbilidades obligan a profundizar en su estudio sistemático, incluyendo casuística de diversas latitudes pero no a partir de los criterios establecidos como trastorno sino en unidades menos complejas de análisis.
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Y lo que no se debe hacer, bajo mi punto de vista, es entender lo que nos cuenta el paciente de forma literal. Contamos y nos contamos explicaciones de porque hacemos lo que hacemos. Y algunas son mas rebuscadas que otras. En la poesia está la clave....
ResponderEliminar¿Que abortaba los niños por miedo a que heredaran los rasgos corporales de su padre?. Bueno......eso es lo que cuenta ella, pero no sería por eso ¿eh?.
Saludos.
Muy de acuerdo, Jesús, a veces diera la impresión de cierto apresuramiento con tal de lograr la publicación sobre el caso novedoso, inaudito. Y efectivamente, las motivaciones de nuestras conductas no suelen corresponder a lo primero que verbalizamos como justificación.
ResponderEliminarUn saludo.