No existe una clasificación consensuada de las lesiones autoinfligidas pero una de las tipologías más usadas las categoriza en: a) autolesiones estereotipadas (por ejemplo, las de pacientes oligofrénicos que se golpean repetidamente o se muerden a sí mismos), b) autolesiones compulsivas (como la tricotilomanía, onicofagia y dermatotilomanía), c) autolesiones impulsivas (cortes y laceraciones en la piel, frecuentes en algunos trastornos de personalidad) y d) automutilaciones, es decir, autolesiones de mayor envergadura. En ese tenor, la conducta automutilatoria conlleva destrucción tisular importante pero no posee propósito suicida y es socialmente inaceptable. Las variedades más frecuentes son la enucleación ocular, la castración, las amputaciones de extremidades y lesiones de otros órganos como nariz, lengua, boca, etc. Usualmente se ha adjudicado la mayoría de conductas automutilatorias a pacientes psicóticos (con diagnóstico de psicosis breve, esquizofrenia en estadio agudo, manía o melancolía) aunque también se han registrado automutilaciones en intoxicados por drogas, personalidades anormales, individuos con trastorno de la identidad sexual y otros casos circunscritos.
Aproximadamente el 11% de pacientes con esquizofrenia se autolesiona en algún momento entre el inicio de su psicosis y su primera atención de salud mental. Se estima una incidencia de un caso de automutilación mayor por cada cuatro millones de personas aunque hay un gran subregistro y solo una minoría de casos -usualmente los más graves- son los reportados en la literatura. Son factores de riesgo de automutilación las delusiones místicas y de culpa respecto a la sexualidad, y las alucinaciones imperativas, sobre todo en cuadros de esquizofrenia paranoide; también la historia de hospitalizaciones psiquiátricas previas, el consumo de sustancias psicoactivas y síntomas prevalentes de impulsividad y depresión. Sumada a los cuadros psicóticos o de intoxicación por sustancias, también la disforia de género (transexualismo) explica varios casos de automutilación genital. Otros factores predictores de la automutilación son un cambio drástico, voluntario y reciente en la apariencia del paciente y las autolesiones previas. Lamentablemente, en general las automutilaciones son difíciles de prevenir.
Apenas existen alrededor de un centenar de casos reportados de enucleación ocular y una cifra similar correspondiente a automutilaciones genitales a lo largo de más de un siglo. Aunque se han comunicado automutilaciones reiterativas parecen ser muy excepcionales: lo usual es un único acto automutilatorio en cada individuo afectado. Las lesiones mamarias, incluyendo la ablación de pezones, son muy infrecuentes. Asimismo, las mutilaciones de los pabellones auriculares se consideran entre las más raras. Reportamos los casos de una mujer que se mutiló uno de sus pezones y un varón que se mutiló segmentos de ambas orejas, y hacemos un breve comentario de la literatura especializada.
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ENLACE:
- Cortez-Vergara C, Tirado-Hurtado BC, Núñez-Moscoso P, Cruzado L. Automutilaciones en pacientes psicóticos: reporte de dos casos inusuales. Rev Neuro-Psiquiatr. 2012; 75 (3): 101-106.
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Mejor obviar las clasificaciones, amigo Lizardo, no vaya a ser que se desboquen como el DSM (Desmadre Sin Medida). Baste saber de las actitudes automutiladoras, en menor o mayor grado, a las que puede llevar la desesperación o la pérdida del control de la razón.
ResponderEliminarUn abrazo, para nada mutilante.
Jaja, muy buena explicación a la sigla del DSM, vamos a utilizarla de aquí en adelante, estimado amigo mío, y razón no te falta en cuanto a lo de las mutilacioens. Gracias por tu siempre gentil visita.
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