Y claro, los videojuegos son el pavoroso cuco culpable de todos los males de la infancia y de la vida escolar...
John Grohol, psicólogo norteamericano, animador de Psych Central, amplio y muy recomendable espacio de internet consagrado a la psicología y de hecho uno de los primeros en el ciberespacio (desde 1992, nada menos), comenta un reciente trabajo sobre el tema en boga: efectos de los videojuegos en el desempeño de los niños en edad escolar.
El trabajo en mención comparó dos grupos de escolares de edades entre 6 y 9 años: un grupo recibió un equipo de videojuegos por vez primera en su vida y el otro no. Los resultados arrojaron, al final del periodo de estudio de 4 meses, menores calificaciones escolares en los niños que disponían del videojuego respecto a los que no.
Según Grohol, esto demuestra claramente que si se facilita a los niños una actividad más entretenida, novedosa y captadora de su atención que las tareas escolares, los niños se involucrarán con ella prioritariamente, descuidando sus deberes académicos. Luego ironiza y reconoce que en su época sus padres lidiaron con el mismo problema pero poseían una fórmula mágica para resolver el asunto: primero se hacían las tareas y luego se disfrutaban los entretenimientos (antes era jugar en el parque o ver TV, hoy es el internet o el Play Station; son intercambiables en general tales actividades).
Lógicamente, continúa Grohol, si se hubiera incluido un grupo control de niños que recién hiciesen contacto con una práctica deportiva atrayente o el ejercicio de un pasatiempo divertido, se podría discernir si existía una diferencia atribuíble a los videojuegos por sí mismos o si el efecto se debía solamente a la novedad y atractivo de la flamante actividad, cualesquiera su naturaleza fuese.
¿No será -finiquita agudamente nuestro autor- que esta superficial correlación entre videojuegos y bajo rendimiento escolar se puede desvanecer con una pequeña dosis de disciplina y dirección por parte de los padres?
Ciertamente da la impresión que muchas veces obviamos lo que, no por obvio, debiera ser dejado de lado, ni en la crianza de los más chicos ni en la investigación científica. Nuestras abuelas decían que más sabe el diablo por viejo que por diablo, pero tal parece que hoy lo que nos alborota y quita el sueño es la aparatosa tecnología de los aquelarres.
Entonces, a andar prevenidos...
Enlace:
- Researchers 'Discover' Kids Don't Like Homework por John Grohol, en World of Psychology (un blog de Psych Central).
Me ha hecho pasar nuevamente un buen rato Lizardo. Efectivamente, no se si al respecto llegó a leer lo que le pasé sobre los niños que se comían las uñas....algo de la misma naturaleza.
ResponderEliminarOtro trasfondo interesante sobre esto, es en que se ha convertido la escuela. Yo, la verdad, me pregunto como lo aguantas los niños, esos horarios interminables aguantando unos "rollos" insufribles y sin la posibilidad de cualquier trabajador de salir a fumarse un pitillo....Eso lo conectas con la sobremedicación y determinados diagnósticos en niños, y el panorama es realmente retorcido....Hay gente muy seria que lleva años defendiendo que hay que cambiar urgentemente el modelo de escuela. ültimamente subí a mi blog de psicología infantil un par de entradas al respecto, con un video de una conferencia interesantísima. Lo puedes ver desde mi blog.
Saludos.
Claro, Jesús, que vimos aquel video. Llama la atención con qué facilidad hoy ponemos la carreta delante de los bueyes y hasta nos convencemos de que este raro proceder es un síndrome y todo lo demás...
ResponderEliminarSaludos y gracias por tu comentario.