jueves, 10 de septiembre de 2009

Eielson




Mientras mi corazón qué tal imbécil mi corazón
Crece y crece como un tumor de terciopelo
JEE


Del clavicembalo ben temperato di JS Bach (1997)



Poema en A mayor


 
estupendo Amor AmAr el mAr
y vivir sólo de Amor
y mAr
y mirAr siempre el mAr
con Amor
mAgnifico morir
Al pie del mAr de Amor
Al pie del mAr de Amor morir
pero mirAndo siempre el mAr
con Amor
como si morir
fuerA sólo no mirAr
el mAr
o dejAr de AmAr




Amazonia (1993)


cuerpo secreto


Levanto una mano
A la altura del ombligo y con la otra
Sostengo el hilo ciego que me lleva
Hacia mí mismo. Penetro en corredores tiernos
Me estrello contra bilis nervios excrementos
Humores negros ante puertas escarlata
Caigo me levanto vuelvo a caer
Me levanto y caigo nuevamente
Ante un muro de latidos
Todo está lleno de luces el laberinto
Es una construcción de carne y hueso
Un animal amurallado bajo el cielo
En cuyo vientre duerme una muchacha
Con una flecha de oro
En el ombligo




Bandera (1993)


QUE
todos somos poetas
No cabe duda alguna
Y no sólo los humanos
Sino también el cocodrilo
Las hormigas y los monos
Son poetas. El mismo sol
Que parece el más grande de todos
Es un poeta menor
Que nos alumbra débilmente
Y no nos deja ver
Más allá de nuestros ojos
Pero hay también personas
Que jamás han escrito
Una sola palabra
Porque ellos mismos son
Confusas palabras balbuceos
De ese brillante adefesio
Que llamamos universo
Insolentes criaturas
Que atraviesan nuestro mundo
Con un zapato en la cabeza
Y un sombrero en los pies
Siempre en busca de algo puro
De incandescentes bicicletas
Que según afirman
Llevan a las estrellas
Puesto que para ellos
Dios pasea diariamente
A través de sus galaxias
Y sus átomos azules
Siempre en bicicleta
Sin darse cuenta ¡oh inocentes!
Que nada de eso existe
Que no hay ninguna bicicleta
Y que lo que ellos buscan
Sin escribir nunca nada
Ni llamarse poetas
Se llama simplemente
Poesía

Proliferación (1993)


Ser artista


Es convertir un objeto cualquier
En un objeto mágico
Es convertir la desventura
La imbecilidad y la basura
En un manto luminoso
Es padecer día y noche
De una enfermedad deslumbrante
Es saborear el futuro
Oler la inmensidad
Palpar la soledad
Es mirar mirar mirar mirar
Es escuchar el canto de Giotto
El sollozo de Van Gogh
El grito de Picasso
El silencio de Duchamp
Es desafiar a la razón
A la época
A la muerte
Es acariciar mujer e hijos
Como si fueran telas y pinceles
Es acariciar telas y pinceles
Como si fueran armas de combate
Es acariciar armas de combate
Como si fueran tubos de colores
Es acariciar tubos de colores
Como si fueran pájaros vivos
Es pintar el cielo estrellado
Como si fuera un basural
Es pintar un basural
Como si fuera el cielo estrellado
Es vivir como un príncipe
Siendo solamente un hombre cualquiera
Es vivir como un hombre cualquiera
Siendo solamente un príncipe
Es jugar jugar jugar jugar
Es cubrirse la cabeza de azul ultramar
Es cubrirse el corazón de rojo escarlata
Es jugarse la vida por una pincelada
Es despertar todos los días
Ante una tela vacía
Es no pintar nada
 


Disco solar (1994)





cuerpo enamorado



Miro mi sexo con ternura
Toco la punta de mi cuerpo enamorado
Y no soy yo que veo sino el otro
El mismo mono milenario
Que se refleja en el remanso y ríe
Amo el espejo en que contemplo
Mi espesa barba y mi tristeza
Mis pantalones grises y la lluvia
Miro mi sexo con ternura

Mi glande puro y mis testículos
Repletos de amargura
Y no soy yo que sufre sino el otro
El mismo mono milenario
Que se refleja en el espejo y llora



Alfabeto (1973)

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Recuerdo cierta hojita o boletín estudiantil que debíamos publicar en remota época en la escuela de medicina. Adelantábase una escueta sección sobre enfermos famosos, literatos por ejemplo, que asumíamos al menos por su enfermedad debían despertar curiosidad en condiscípulos. Al menos por eso. Finalmente nunca dióse a la estampa el malhadado boletín.

Pobre pretexto era la enfermedad para conocer a un artista, sin duda. Pobrísimo al punto que ya entonces pensábamos ridiculizar el intento acusando a algún renombrado poeta de onicomicosis o de pitiriasis con tal de que cumpliese requisito de “enfermo” -que ya famoso lo era- y se presentara así para estudiantes bisoños y adocenados en su tedio académico.

Jorge Eduardo Eielson (Lima, 1924-Milán, 2006) es un poeta peruano de los más connotados y valiosos en nuestra lengua. Mas no sólo poeta (poeta escritor) sino artista total: músico, pintor, dramaturgo, escultor, narrador.

No hubiéramos podido, de todas formas y con tal peregrinos criterios, considerar a Eielson en ese tristísimo boletín. Un grupo de psiquiatras concedió algunas décadas hace la exclusión de aquello que antes era un supuesto diagnóstico de enfermedad mental y que se le hubiese podido adjudicar malamente al artista. O tal vez Eielson sufría una caspa de estrellas o una seborrea de terciopelo. Ya qué importa para quien mora en el azul.




Eielson y Michele (léase aquí el poema dedicado a Michele, rey de Gardalis)


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