La Medicina Basada en Evidencias - MBE (Evidence Based Medicine -EBM) cristalizó en la década de 1990 bajo el paladinaje del canadiense David Sackett y sus colaboradores. La Medicina Basada en Evidencias propone el empleo juicioso y concienzudo de las mejores pruebas científicas existentes para la toma de decisiones en el cuidado y atención de los pacientes. Actualmente el auge de esta propuesta se ha tornado caudaloso y existen diversas publicaciones y centros consagrados a su desarrollo en las diversas especialidades médicas, así en el campo psiquiátrico tenemos Evidence Based Mental Health, revista del grupo BMJ; Evidence-Based Psychiatry Center de la Universidad de Nagoya, entre muchas otras. La Medicina Basada en Evidencias ha adquirido hoy el rango de elemento icónico, la majestad de vaca sagrada. Y por ello mismo, ha concitado un recio vendaval de críticas, sobre todo en lo que atañe a su aplicación a la psiquiatría.
En un reciente post del imprescindible blog Nietos de Kraepelin, se presentaban un par de artículos acerbamente críticos de la Medicina Basada en Evidencias: el de Holmes y cols., que llega a acusar de "micro-fascistas" a los movimientos impulsadores de dicha propuesta; y el de Laugharne y Laugharne, más atemperado y enfocado hacia el campo psiquiátrico específicamente. Existen varios otros, pero el de autoría de Levine y Fink, desde el mero abstract, denuncia los intereses comerciales en la investigación y la relativista y frágil naturaleza de los sistemas diagnósticos en psiquiatría, lo que socavaría la viabilidad y ética de la MBE.
Recientemente, Nassir Ghaemi ha sido invitado a escribir un editorial en Acta Psychiatrica Scandinavica donde examina mesuradamente la polémica: resalta los aportes indiscutibles de la práctica basada en evidencias, que son insoslayables para cualquier ejercicio mínimamente solvente de la especialidad; pero a su vez, señala riesgos y falencias de una aplicación indiscriminada y acrítica de la MBE al campo de la psiquiatría y salud mental. Una ilustrativa lectura que nos invita a seguir mojándonos y remojándonos en la controversia.
Evidence based psychiatry: against and for
Sólo agradecer el que se nombre el Blog Nietos de Kraepelin de modo tan grato.
ResponderEliminarEl artículo de Ghaemi es imprescindible y ahora mismo me lo bajo.
Un saludo y gracias de nuevo.
Los españoles somos dados al ditirambo exagerado, a lo coribante enloquecido (y nunca mejor dicho), pero deseo felicitar cariñosamente al autor del blog, que me lo pone difícil a la hora de escribir el mío, por su calidad y su "penetrance" (no hallo la puñetera palabra en castellano).
Un abrazo desde las Canarias a un admirador de D. Honorio y, especialmente, de D. Germán.
Gratísimo y estimulante comentario que nos compromete a seguir, inspirados por blogs como Nietos de Kraepelin cuya lectura es siempre enjundiosa, siempre enriquecedora.
ResponderEliminarUn abrazo, Maestro, desde el manicomio, con sincera admiración y respeto.
Lizardo Cruzado
Toda ciencia se debe basar en la evidencia al momento de contratar empleados que vayan asistir paciente con trastoro de salud mental para evitar riesgo, conservar la etica, enfrentar juiciosamente cada prueba, teniendo en cuenta que en sanatorios de salud mental (manicomios),u otro nombre dado, nos lleva a criticar de como enfermeros empreñan a las internas, de como los enfermos son maltratados y algunos cuidadores les llevan por el camino del exhibicionismo depravado, muchos psiquatras incursionando en el arte de la investigacion, muchas veces diagnotican apresuradamente al paciente, otros son burlados por el paciente en busca de ser absuelto, si este es un preso condenado, poniendo a prueba test y aplicaciones no solo de indole mental, sino de conducta para que el enfermo no se libre de la carcel.
ResponderEliminarNo conzco la definicion de "La vaca sagrada", veo un hombre que lee, vestido y con cordura aparente, a menos que este sufra de encefalopatia.