Aunque no pudimos estar presentes en el reciente y magno evento que decidirá los rumbos de nuestro Instituto y por ende de la salud mental en el Perú y Latinoamérica toda (III Taller de Formulación del Plan Estratégico Institucional), nuestros sagaces reporteros de eventos científicos y gremiales nos alcanzaron las primicias gráficas del aquelarre, perdón, del mirífico conciliábulo. Lástima que les fallaran las grabadoras y por ende este insignificante blogger tuvo que desempolvar sus poderes de lectura de la mente -y tan bien compensadito que ya estaba- para no dejar en ascuas a nuestra legión de lectores. Como puede advertirse, la cumbre fue engalanada por la presencia del excelentísimo Señor Ministro de Salud Dr. Óscar Ugarte, el eminentísimo Director General del Instituto Dr. Enrique Macher y el representante de la Organización Panamericana de la Salud Dr. Germán Perdomo (para más señas, el caballero melenudo). Disfruten las vistas.
Como puede apreciarse, la reunión discurrió en un clima de fraternal camaradería y con derroche de meditados y enjundiosos aportes que enriquecieron el debate al punto que la atmósfera llegó a enrarecerse pues los córtex cerebrales de los participantes agotaron el oxígeno de la sala, tanta era la profundidad metafísica y onto-heurístico-epistemo-antropo-copro-procto-filosófica de las intervenciones, que deberá convocarse pronto a un nuevo taller para dilucidar lo que se dijo y lo que se cree que se dijo. O mejor, que el instituto se declare en taller permanente de lunes a jueves: sería lo más sensato, pues la salud mental del Perú lo exige, por la justicia de su causa que Dios defiende. ¡Ni Honorio redivivo hubiera sido más sesudo!
El gran problema con los talleres es su megalomania para abarcar problemas grandes. Un taller deberia enfocarse en problemas más puntuales. Un plan nacional no puede ser abarcado en un taller, sino en varios.
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