Seguramente no reune adecuada sensibilidad ni especificidad para constituir un signo fiable y patognomónico -de hecho, ¿hay algún signo así en psiquiatría?-, digo, un signo patognomónico de personalidad histérica la presencia de lentes oscuros adosados sobre la frente del usuario /usuaria, en un día nublado y sin atisbos de un sólo rayito de sol. Obviamente, a más exagerado el porte de las gafas, es probable haya mayor asociación a tales rasgos, y si existen además los "signos" de aretes tipo "adorno-de-árbol-de-navidad" (tambien hay "collares-tipo-luces-de-árbol"), el signo de la cabellera flamígera que relumbra a una cuadra, los senos-en- repisa, alguna prenda de vestir de tela imitación de piel de leopardo, etc. seguramente la especificidad y sensibilidad podría discretamente incrementarse.
Recordemos lo que Jaspers acota respecto a las personalidades histéricas: "...un rasgo básico: en lugar de contentarse con las disposiciones dadas y con las posibilidades de vida, la personalidad histérica tiene necesidad de aparecer ante sí y ante los otros como más de lo que es (...) En lugar del vivenciar originario, legítimo, con su expresión natural, aparece un vivenciar forzado, fabricado, teatral; pero no "fabricado" conscientemente, sino con la capacidad (el don propiamente histérico) de vivir del todo en el propio teatro, de estar allí por completo en el momento, por tanto, con la apariencia de lo legítimo. (...) A la personalidad histérica, finalmente, por decirlo así, se le ha perdido el núcleo por completo; consiste sólo en cáscaras variables. Un espectáculo sucede al otro. Como no encuentra nada en sí, lo busca todo fuera de sí". (1)
Ya se ha observado (desde el punto de vista etológico y antropológico) que el uso de lentes oscuros hace que la cara parezca aún más "agresiva" porque aumenta artificial y accidentalmente la fuerza de su mirada (como una "supermirada"). (2) También puede estar implicado el desplazamiento del interlocutor a una "otredad" subordinada ("yo te veo pero tú no", y si los ojos son "las ventanas del alma" yo accedo a ti pero no tu a mí, etc.) Pero aquí debe notarse que nuestros pacientes histéricos no usan los lentes oscuros, sino que los exhiben sobre su frente, como una mirada alternativa, no amenazante, sino más bien engreída, distinguida, "mira esta tiara, esta coronita que yo tengo." Son lentes para la frente, no para los ojos.
Por supuesto, nunca bastará la mera observación de este signo sino que se debe complementar con una fina anamnesis, no vaya a ser que la persona use las gafas oscuras no por esnobismo sino por razones estrictamente médicas, estando inclusive desposeída del histrionismo más mínimo.(3) Pero, repetimos, el histérico tendría el "signo" de los lentes oscuros en la frente.
Otro aspecto que empíricamente ha llamado la atención de varios colegas es la asociación de personalidades del cluster B con nombres de pila plagados de letras K, X, Y, Z, H -sobre todo intermedia o final-, doble S, fonema SH, H aspirada, y otras rimbombancias de oropel que parecen no pertenecer a ningún idioma conocido. El énfasis de estos disfuerzos apelativos es visual, pues la pronunciación muchas veces no permite el lucimiento de tales artificios. Otra variable a considerar aquí es que por lo general uno no escoge sus nombres sino la madre o el padre. Ergo, nuevamente la interacción nature-nurture. Uno de esos nombrecitos, caray, como que a uno lo marca, ¿no, Zhoraya Zuleykha?
Otro aspecto que empíricamente ha llamado la atención de varios colegas es la asociación de personalidades del cluster B con nombres de pila plagados de letras K, X, Y, Z, H -sobre todo intermedia o final-, doble S, fonema SH, H aspirada, y otras rimbombancias de oropel que parecen no pertenecer a ningún idioma conocido. El énfasis de estos disfuerzos apelativos es visual, pues la pronunciación muchas veces no permite el lucimiento de tales artificios. Otra variable a considerar aquí es que por lo general uno no escoge sus nombres sino la madre o el padre. Ergo, nuevamente la interacción nature-nurture. Uno de esos nombrecitos, caray, como que a uno lo marca, ¿no, Zhoraya Zuleykha?
Confiamos en que la unidad de investigación en psicopatología de la institución rectora de la salud mental en nuestro medio, acogerá estos proyectos que pronto presentaremos. (Claro, si hay sitio entre tan vasta e inabarcable producción...) ¡Agárrate, Yosselhyn Yadhira, que vamos rumbo a la internacionalización!
Referencias
1. Jaspers K. Psicopatología general. FCE. México, 2001.
2. Morris D. El mono desnudo. Plaza & Janés. Barcelona, 1973.
3. Stucchi S. Comunicación personal, 2008.
Referencias
1. Jaspers K. Psicopatología general. FCE. México, 2001.
2. Morris D. El mono desnudo. Plaza & Janés. Barcelona, 1973.
3. Stucchi S. Comunicación personal, 2008.
Ja ja, muy bueno el texto, felicidades.
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